miércoles, 31 de diciembre de 2008

Una hora menos.

Habrá sido el mojo. Las cinco Doradas de la comida y los seis Arehucas de después no creo que tengan nada que ver con la mañana un poco confusa. Para despejarse, menos mal que -por estar donde estamos- se puede hacer ésto:

La cajera del supermercado va pasando la compra a mucha velocidad. Al mismo tiempo, por teléfono., intenta convencer al peluquero de que la coja esta tarde -...yo...marcar y peinar...sí, eso...y mi madre sólo para el color...- Sin dejar de hablar, cobra, apunta una dirección y mete la compra en bolsas de plástico. (¡Sí, plástico!). Al lado, un pibe de no más de doce años le pregunta desconsolado a la panadera que qué panes se pueden comer teniendo aparato en los dientes. Ella se ríe y desde la cola le veo brillar la ortodoncia: Llévate de éste mi niño.

Aquí estamos, una hora menos, un año más. Empieza terremoto 2009.

domingo, 21 de diciembre de 2008

Happy landing.

En la larguísima y aburrida cola del control de segurdidad en el aeropuerto de Frankfurt me pongo a tararear...for the sake of having you near..., al tiempo que me pregunto por qué demonios me seguirá gustando viajar solo. Olvidados los considerables esfuerzos para ajustar fechas, precios y vacaciones, ya sólo queda viajar.

Tarareaba también ayer, al volante y rumbo al Oeste, mientras mi tímido y aburido compañero de coche dejaba de mirar la lluviosa puesta de sol para lanzarme miradas inquietas por el rabillo del ojo.

Tarareo finalmente, acabado de aterrizar, mientras espero mi maleta. Llegamos al Sur del Sur:l os 19º C, la hora menos y la soleada puesta de sol se ríen de mi abrigo. I got you under my skin.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Ja, wir können.

En un delicioso gesto de alemanidad, el Tribunal Constitucional Federal de Karlsruhe se ha tumbado una ley por anticonstitucional, así, directamente. El por qué toda esta historia exuda alemanidad -de la buena, o como mucho de la neutra- por todas partes es algo que intentaré explicar.

En primer lugar puede uno preguntarse por qué el Tribunal Constitucional Federal está en Karlsruhe (y no en Berlín o Bonn, por ejemplo). Respuesta: los tribunales federales alemanes, que juzgan para toda la República están repartidos por el todo el país: el de Asuntos Laborales está aquí en Erfurt, el de Administrativos en Leipzig, el correspondiente a Finanzas en Munich. Se trata de escenificar la descentralización del poder judicial -con el toque alemán: al pie de la letra. En España, mucha mala política regional se consigue como oposición a ese ente, central, etéreo e intangible llamado Madrid. Eso aquí pasa mucho menos. ¿Qué pasaría si los caciques regionales no pudieran asustar a la gente con el fantasma de Madrid?

Volviendo a los alemanes ¿de qué ley estamos hablando? Se trata en realiad de una reforma de la ley conocida como Pendlerpauschale, que en su nombre ya contiene la alemanísima e intraducible partícula pauschal, que es un gasto fijo que no depende de la cantidad de servicios prestados (los minutos de teléfono, litros de agua, meses de contrato etc*). Ésta ley, con más de 100 años de antiguedad en Alemania (o Prusia), establece un valor determinado a devolver de los impuestos por c/kilómetro recorrido entre domicilio y trabajo. Mientras algunos la encuadran dentro de la tradición social alemana (intenta ayudar a los que viven en zonas sin trabajo), otros la consideran antiecológica o peor aún, impulsora de las ciudades dormitorio. ¿Qué hacemos los demás? Sentarnos a ver a los alemanes haciendo lo que más les gusta: discutir no sobre un juego, sino sobre las normas que lo rigen (mi último ejemplo preferido, la Rechtschreibreform).

Dónde, en qué medida, en qué casos, con qué excepciones se aplica el qué, cuándo, a quién. Regeln, Regeln, Regeln. ¿Exactamente qué es lo que había de anticonstitucional en la reforma? Pues que la ley -con más de 100 años- retribuía todos los kilómetros, y la reforma que entró en vigor en enero de 2007- la que en realidad se han tumbado en Karlsruhe- sólo reconcía a partir del km 20. Osea, los que trabajan en el pueblo de al lado (media Alemania trabaja en el pueblo de al lado) se van con las manos vacías. Lo que nos trae todavía más aspectos alemanes(**) de la historia: la tendencia alemana a desglosar el coste de las cosas, dividirlas en tramos proporcionales a otras cosas, ajustarlas a determinados factores. Ejemplos:

a) los sueldos que se cobran en función de la edad, antiguedad, hijos o pareja y, muy importante, el convenio colectivo (Tarifvertrag) que se aplique. b) El porcentaje de gastos paga el inquilino cuando se renueva una casa en función de si se renueva la cocina, el baño o un dormitorio, y de los años que se han vivido en ella(***). c) Cuánto y cómo se contribuye a los gastos de una comunidad(Nebenkosten) de viviendas en función del area total de los radiadores de cada vivienda y de si se ha vivido en meses de invierno o de verano (corolario: qué meses específicamente, puesto que no es lo mismo un mes de calefacción en noviembre que en febrero). Último ejemplo y e), cuando después de una cena romántica en un restaurante, a la luz de la velas, llega la camarera y le pregunta a la parejita si pagan juntos o separados.

Ésto último vuelve a poner de relieve la alemanidad de la sentencia de Karslruhe: el Ich bin doch nicht blöd, exportado a España -ésto sí- traducido como Yo no soy tonto. Lo que se diría en Sevilla, vaya, "ser de la cofradía del puño cerrado". Al consumidor alemán no le toma el pelo nadie (para eso tienen la TÜV, el instituto DIN, la Stiftung Warentest o la dirección www.was-steht-auf-dem-ei.de****), y en cuestiones económicas muchísimo menos el propio Gobierno Alemán. Ellos pagan (pagamos) impuestos, y bastante altos, pero ni un céntimo más. El consumidor (o inquilino, o contribuyente) alemán está organizado, federado y enterado de todo Schnäppchen (chollo o ganga) para ahorrarse unos centimillos. La demanda ha sido interpuesta por -atención- un ingeniero y un panadero contra -atención- el ¡Gobierno Federal! contando, eso sí, con el apoyo de -atención- la federación alemana de contribuyentes.

A todo ésto, los de hacienda, están temblando a la espera de que Melchor, Gaspar y Baltasar les envíen una copia corregida de su declaración de impuestos del año 2007 pidiendo lo que les tienen que devolver. Feliz Navidad y perdón por el rollo.

*A veces coincide con tasas (por hacer un trámite administrativo, por ejemplo).
** ¿Cómo está la cosa en España?
*** Que todo el mundo se lea bien su contrato. Está ahí.
**** Vayan a la nevera y miren dentro del cartón de huevos. Está ahí.

ps. ponemos a cero el contador del chocolate. La presión social. Una cosa llevó a la otra y...

martes, 9 de diciembre de 2008

Volver.

Después de una larga afonía mental y todavía bajo un síndrome de abstinencia de chocolate, algunas visitas (como vistado y como visitante) me han entretenido como para no escribir. Es el momento de volver, con la frente más chica.

Flashback: En la buenísima Una historia del Bronx(*), Robert De Niro intenta que su hijo Calogero no se enamore del gángster local (Chaz Palminteri, que además firma la obra original y el guión adaptado*) y le acabe sustituyendo como figura paterna. En un momento memorable de película -anterior a la era pop de los mafiosos, véase Los Soprano, Una Terapia Peligrosa etc-, el adolescente escucha atento el consejo del gángster sobre cómo reconocer a la mujer de su vida: el test de la puerta del coche. Sin pedírselo, la chica abrirá desde dentro el seguro de la puerta del conductor después de haberse subido al coche.

Bien, nunca tuve un coche para llevar la prueba a cabo, pero algo parecido me ocurrió con un amigo. Hace unos quince años, me lo encontré en la puerta del colegio un día de fiesta. Éramos los únicos que no se acordaban que no había clase ese día. ¿Se imaginan? Otro tío allí, otro desgraciat compartiendo la miseria de haberse levantado y haber caminado hasta el colegio un día de fiesta. Allí mismo lo decidí: éste tío y yo vamos a ser buenos amigos. Quince años: ni nos regalamos en los cumpleaños ni me deja comentarios. Y otros quince que vengan.

(*) Tomado de www.imdb.com.

ps. Catorce días sin chocolate y subiendo. Sólo en cantidades homeopáticas el día de San Nicolás.

martes, 25 de noviembre de 2008

Algodão.

Llegó la nieve, y andamos todos un poco de mejor humor. Los isleños de la oficina interrumpimos nuestro otherwise frenético ritmo de trabajo, miramos afuera y pensamos...¡Qué raro!


Llegó la nieve, y hay que ir con cuidado, porque la tentación de hacer bolas y empezar una batalla es grande. Hasta el Teide está nevado:

Llegó la nieve, y las mañanas, por qué no, son ahora de algodón. Tengan todos un estupendo día, muchas gracias por pasar por aquí de vez en cuando.


ps. empieza el reto: no más chocolate hasta Navidad. Cero días y contando.

martes, 18 de noviembre de 2008

Singing in the Rhine.

Cuando llegué a Jena, parecía que la vida transcurría básicamente entre la Friedrich-Schiller-Universität y la Goethe Gallerie. Por eso, la primera vez que fui a Weimar me compré un CD con las cartas entre Schiller y Goethe leídas por dos actores. Un genuino rollo que nunca conseguí escuchar hasta el viernes pasado. Las tres horas de coche Jena-Mainz fueron en compañía de los dos genios contándose sus cosas. Además, los del CD tuvieron la idea de poner cada voz un altavoz distinto del estéro.

Fede, vente para Weimar. Schiller y Goethe se conocían personalmente, pero no eran exactamente fans el uno del otro. Sólo cuando Schiller le pide a Goethe que colabore en su revista (adulándole antes exageradamente) empiezan de verdad a intercambiarse ideas, consejos y deseos sinceros. Cinco años de cartas -325 km de carretera- dan para ética, estética, poética y demás rollos. Lo más divertido son -como siempre- los detalles: comentarios sobre la ineptitud de algunos actores, sobre cómo empapelar bien las paredes, inquietudes sobre la propia obra, quejas de salud, interés por los niños, la mujer, la casa.

Todo eso voy oyendo cuando yo mismo salgo de Jena, paso por Weimar (y veo la torre de Buchenwald siniestra aún desde lejos), sigo por Erfurt, paso por Eisenach y veo su Wartburg iluminado por la noche (patrimonio de la humanidad), cruzo justo después la "frontera interalemana", y pasando de puntillas por Frankfurt llego a Mainz (ciudad de Gutenberg), para subir al día siguiente por el Rín y llegar al risco Lorelei (patrimonio de la humanidad) y seguir al pueblo-postal Limburg. A la vuelta decido pasar por IKEA antes de volver a Jena, no vaya a ser que al llegar me dé por pensar que estoy en Alemania. Leute leute!


lunes, 10 de noviembre de 2008

Caras de Noviembre.

Es ist nicht mehr zu halten. Wir fluten jetzt(*).

El Teniente Coronel Jäger no sabe qué cara ponerle a los centenares de berlineses del Este que han venido al paso fronterizo de Bornholmerstrasse en Berlin-Prenzlauerberg. Ha habido un error burocrático retransmitido en directo por televisión: alguien ha malinterpretado un borrador interno como una normativa de vigencia inmediata. El incrédulo periodista pregunta de nuevo: ¿También vale en Berlín-Oeste? El miembro del Politbüro relee el párrafo. Se acabó, no hay marcha atrás. Está pasando, lo estás viendo.

¿Se imaginan la cara de Jäger? Las radios no paran de repetirlo:¡Han abierto el muro!. Y Jäger pensando: Pues a mí no me han dicho nada. Cada vez hay más gente que pide pasar. Jäger sale, habla con sus subordinados, intenta hablar con la superioridad pero no lo consige apenas. Por tanto, las órdenes siguen siendo las mismas que durante los últimos 20 años. Alrededor de las once de la noche del jueves 9 de Noviembre 1989 el Teniente Coronel Jäger decide abrir la barrera y poco después consigue ponerse en contacto con la STASI: No lo podemos contener. Esto se desborda(*).

Las caras. A la mañana siguiente, una estudiante de arquitectura que no ha salido de su cuarto (en un segundo patio interior en Berlín-Charlottenburg) en tres días intenta ir a clase el viernes. Llega molesta a la facultad, los autobuses parecen no funcionar bien, la gente anda agitada, hay mucho tráfico y se ven muchos coches de policía. Llega y pregunta a sus compañeros: ¿Qué pasa? Imagínense las caras. Más adelante, y más al sur -aquí en Thürigen- un padre decide visitar con su hijos en coche el Oeste, la primera aventura. Justo después de cruzar, se para en el primer supermercado. Le dice a cada uno de sus hijos que escoja una cosa de todo lo disponible en las estanterías. El más pequeño lo tiene claro: quiere un huevo Kinder Sorpresa. Eso es una sorpresa. Felicidades, Alemania.

* Comunicación entre Jäger y sus superiores de la STASI. La traducción es mía. (y un poco libre). Si hay una mejor, por favor dígamelo.


sábado, 8 de noviembre de 2008

Dos minutos y medio.

Im laughing at clouds, so dark up above(*)

En menos de dos minutos y medio, los Beatles hacían maravillas. 130 segundos de felicidad. Enlatada e infantil, pero efectiva. No conozco a nadie capaz de transmitir algo así en tan poco tiempo. Cualquier cosa que necesite más tiempo para ser expresada con claridad, probablemente no valga la pena.

A no ser que sea uno Gene Kelly, y pueda demostrarlo a lo largo de unos espléndidos cuatro minutos, convenciéndonos de que la lluvia no es tan mala. Aquí en Jena se le echa de menos. Llueve sobre mojado, niebla sobre nublado.

Intentamos distraernos de lo de siempre yendo a los bares de siempre: buena música y malas bebidas. A la velocidad del sonido, en dos minutos y medio, sólo llegaríamos a Erfurt. Socorro.

(*) Ver el vídeo de Gene Kelly. De verdad, se tiende a olvidar lo bueno que es.


miércoles, 5 de noviembre de 2008

Yes we could.

Niebla. Días de niebla en Jena, niebla que se acaba metiendo hasta en el ánimo, qué se le va a hacer. Ni el compadreo que se trae la cajera de la Mensa -ya se te nota menos el desastre de corte de pelo de la semana pasada- consigue distraerme.

Humedad. Las calles mojadas aunque no llueva, humedad que se acaba metiendo en la ropa, en los huesos. Una visita al supermercado confirma que ha empezado definitivamente el semestre: a partir de las seis de la tarde, las estanterías ya están saquedas. Juraría haber visto a mi dentista rebuscando en los cestones de ofertas...será la crisis.

Y cómo no, el mundo entero como si se hubiera elegido al presidente...del mundo entero. Y yo con estos pelos. En fin.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Revele aquí su rollo.

¡Qué bueno cuando a uno le aguantan sus rollos! Los mejores amigos son los que aguantan heroicamente todos nuestros rollos. Dentro de cada buen escuchador hay, en realidad, un rollista escondido esperando a que le den pie . Dentro de cada rollista hay un buen escuchador, esperando a que alguien le cuente algo interesante.

El resto es silencio. Algún tunero jenense ha tenido la delicadeza de ponerlo en una pegatina de su coche:
Blablabla. La lluvia sigue, las obras siguen. Dos días sin chocolate y subiendo.


lunes, 27 de octubre de 2008

Ruido.

A aquél perrillo que tuvimos algún tiempo en casa le poníamos una radio encendida, o un despertador que hiciera tic-tac para que se durmiera. Algo de ruido, algo de compañía. A veces me acuerdo de él, cuando me duermo agarrado a la bolsa de agua caliente y oyendo el reloj de pared tic-tac.

Los ruidos tienen funcionan mejor que los olores o los sabores. Los últimos suelen recordar cosas abstractas, sensaciones, puede que algún recuerdo de la infancia? El ruido es concreto, reconocible, reproducible. El exprimidor de naranjas por la mañana: mi padre. El tenedor batiendo huevos para la tortilla: mi madre. Unos acordes de guitarra que se repiten en el cuarto de al lado: mi hermana. Un reloj -tempus fugit- que suena desafinado e incomprensible en el salón: mi casa.

Ruido en la cabeza, ruido en las ideas, ruido bueno. Disculpen las molestias, estamos en obras.

lunes, 20 de octubre de 2008

Ciao.

El director sólo tiene mover media ceja para que el medio centenar de adolescentes italianos se ponga firme. Silencio, se canta. Madres, padres, abuelas, tíos e incluso yernos contienen la respiración. El coro de alumnos del conservatorio empieza a cantar, acompañado por el órgano de la catedral de Vicenza.

Casi no se reconoce a la turba de adolescentes italianos "No sin mis gafas de sol" que hace unas horas recorría el centro de la ciudad. Gritándose, riéndose, gastándose bromas, hablando por el móvil y sacándose fotos todo a la vez.

Termina el concierto, y el director (maestro) explica con la partitura en la mano: es la primera vez que se interpreta ésta obra en tiempos modernos en Italia. Yo -que tengo el oído musical de, digamos, una esponja marina- me he quedo maravillado, y muy adentro sonrío: nunca pensé que una sobremesa de invierno en Berlín hace dos años -¿Sabes dónde puedo comprar partituras?- acabara en este concierto.

viernes, 17 de octubre de 2008

El país de los sentidos.

Cinco de la tarde y ya voy por el cuarto café: Italia ¿Dónde si no? Todos los sentidos recibiendo más estímulos de lo normal. FIATs en las rotondas y flores en las curvas peligrosas, y las máquinas tocando la pita antes de cogerlas. Comida, comida y más comida. Campanarios en las colinas
Mientras tanto, en Jena, mis higrómetros deben de estar pasándoselo en grande, hablando con los pájaros de la pared, y las arañas de las esquinas

Aunque les eche de menos, a quien más tengo en mente es a ella, que me espera, y me soporta (literalmente). Veremos qué tal bienvenida me da cuando vuelva...

martes, 14 de octubre de 2008

Pasado perfecto, presente continuo.

Reunión relámpago en Berlín, cuatro años más tarde. Estupendo día de otoño:
Estupendo paseo por calles que no conocía, por calles que me sé de memoria. Mecadillo: chatarra, ropa vieja y talleres de verdad, donde un tipo engrasado hasta las cejas guarda repuestos de todo:

Talleres de Berlín, casas de Berlín: espacio y luz a buenos precios:
Domingo, ergo Brunch:
A la vuelta, la tarde se empeña en recordarme que estoy en Berlín, y que sigue habiendo un cielo enorme sobre la ciudad:

domingo, 5 de octubre de 2008

Psé.

Mi interlocutor, que además es mi invitado, apura el Chardonnay y empieza a hablar sobre la existencia - o no- de Dios. Aturdido, nombro el principio de incertidumbre para ganar algo de tiempo. Es algo que los mecánicos cuánticos -y los economistas últimamente- hacen a menudo. Aprovecho y hago un repaso mental de qué le he podido poner a la ensalada para el éste me salga ahora con un tema así.

Cuando vuelvo a la conversación, está hablando sobre el yo, el súper-yo y del espacio entre ellos. Detrás de él -incluso más allá de su súper-él y el espacio entre ellos- está la pared, y en la pared mi fotografía aéra de Berlín. Me fijo en una araña que se ha descolgado del techo y ha empezado a caminar por Berlín. Sigo sus movimientos y me imagino lo que estará viendo. Si noto que mi interlocutor -que ya no lo es, pero aún no lo sabe- se calla, voy diciendo Naja, Achso y Nagut, para seguirle dando algo en qué pensar.

Veo que me toca decir algo, así bebo Chardonnay, que a él parece hacerle efecto y en ese momento, nos interrumpe mi vecina, que discute a gritos con su novio en algún idioma que no entendemos. Es curioso, porque cuando se llevan bien, usan otro que todos los vecinos entienden.

viernes, 3 de octubre de 2008

Unidad.

Propiedad de todo ser, en virtud de la cual no puede dividirse sin que su esencia se destruya o altere(*).

La profesora alemana ha viajado mucho, habla varias lenguas y suele hacer lo que le da la gana. Va en metro hacia el sur de Chicago. Llegó ayer, y todavía nadie le ha dicho que la parada del Oriental Institute está en un barrio peligroso, sobretodo para blancos.

Es jueves por la mañana -un jueves de otoño de hace casi 20 años- y el vagón se va quedando vacío. En la útlima parada, sólo queda otra persona, una mujer negra. Se da cuenta de que la profesora no tiene la menor idea de en dónde está, y se ofrece a llevarla en su coche el resto del trayecto.

Asustada y agradecida comenta la anécdota de la mañana con sus colegas del instituto. Sorprendidos por su atrevimiento, le recomiendan una ruta al norte alternativa. Ya de noche, es la última en irse, y la única esperando el autobús, agarrando fuerte el bolso. Indecisa, se asegura preguntando al chófer. Una vez sentada, se acerca un pasajero. Le toca el hombro, nervioso. Ella agarra más fuerte el bolso y levanta la cabeza:
- Es usted alemana?
- Sí.
- El muro ha caído.

(*) Tomado de la RAE.

domingo, 28 de septiembre de 2008

Empieza el espectáculo.

Súbanse a un tren. Cojan la bici. Miren por la ventana: está llegando. Las hojas empiezan a rojear, el viento a soplar frío y los higrómetros...bueno, los higrómetros siguen marcando lo que les da la gana.

No supe muy bien lo que era el otoño hasta que llegué a Berlín, en donde -con mi legendaria habilidad para repetir las cosas- harté al personal con lo mucho que me impresionó mi primer otoño "de verdad".

Por eso siguen teniendo algo de principio. Es el momento. Pónganse el jersey, saquen la boina. Pasen y vean.

martes, 16 de septiembre de 2008

Jena la nuit.

Los jefes están en las antípodas. Literalmente: el desfase me hace trabajar hasta tarde para que ocho horas de adelanto -se deben de estar levantando- no supongan todo un día de retraso en el tráfico de emails. Por supuesto, hace falta para ayer. A medianoche empieza a costar trabajo encontrar el error en los resultados.

Un lunes (martes ya) a estas horas a Jena le falta todo. Han quitado las ventanas, los coches, la gente. Deben de haber desmontado hasta las colinas. Juraría que el semáforo ha sonreído al ver a un tipo que cruza rápidamente aunque no queda un solo coche en toda Turingia. Ya por la mañana, a Jena se la traga la niebla(*).

Las mañanas laguneras también tenían su niebla y su frío. La estudiante en prácticas también la recuerda La Laguna. En la pizzería en la que trabajó allí -probablemente atendiéndonos al mismo grupo de amigos varias veces- aprendió el español que ha utilizado para preguntarme por qué no cuadran sus cálculos cuánticos. Pienso en los míos no cuadrando la noche anterior por las tres últimas letras de un fichero y...

(*) Según acolostico es porque los del ayuntamiento no han pagado las facturas del paisaje.


jueves, 11 de septiembre de 2008

LHC

El Large Hadron Collider (LHC) acaba de ser puesto en funcionamiento. Si mañana viniera un extraterrestre y preguntara lo que es, la respuesta sería algo como: Es el aparato más grande que tenemos para acelerar las partículas más pequeñas que conocemos a las velocidades más altas posibles. ¿Para qué? Para ver qué pasa. El extraterrestre se encogería de hombros y seguiría escuchando música de su iPhone con pantalla telequinética.

De pequeño, yo también acelaraba cualquier cosa que pillaba -por la ventana- ver qué pasaba cuando colisionaba con el suelo: el método LHC. La gente está asustada, porque se pueden crear objetos similares a agujeros negros a escala microscópica. Qué gran conversación entre jefe y estudiante de doctorado:
- Je-jefe...que me he cargado medio pueblo. Están en algún universo paralelo. Y-yo...no sabía...lo siento.
-¿Otra vez, OTRA VEZ!?

Y la humanidad, sin ponerse de acuerdo en cómo se escribe la palabra reflanflinflar...

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Berlín en bici.

Lo primero que hizo mi primera bicicleta de Berlín fue romperse. Tampoco los 25 euros que le acabamos pagando a aquel tipo en el mercadillo daban para discutir. Pero, aquella bici, incluso rota, valía más. Al día siguiente recorrí media ciudad para poder arreglarla gastando lo menos posible. Más tarde supe que sería algo típico de erasmus: moverse quince kilómetros para ahorrar seis euros. Tuvo la delicadeza de romperse la última noche de fiesta con los compañeros del piso. Estuvo dos meses en el mismo sitio donde se rompió: una farola frente al Kaffee Burger.

Llevo tres años cargándola rota. Una época estuvo aparcada sin candado en mi residencia, con la esperanza de que alguien se diera cuenta de que -aunque rota- era una buena bici. Me fui por segunda vez de la residencia. Allí seguía meses más tarde, hasta que un día decidí que se había ganado a pulso el que me la llevara de nuevo conmigo. En Jena, por estar mi cuarto encima del garaje, hasta duermo encima de ella.


Aunque lleve ya casi tres años utilizando otra bicicleta, siempre lo hago pensando que es algo temporal hasta que arregle la de verdad. No hay nada más definitivo que lo que se llama temporal. Por suerte, no hay nada más temporal que las cosas que nos parecen definitivas. Menos mal.

viernes, 5 de septiembre de 2008

El tiempo mejora.

La nueva "utilidad social" Facebook permite a todo el mundo estar hiperconectado con todo el mundo a todas horas. Se suben fotos, perfiles, estados civiles, anímicos, físicos, educacionales y todo lo que el exhibicionista online en cuestión quiera hacer ver. Un fenómeno más de la generation ME(*). Existían páginas parecidas desde hace mucho, pero Facebook arrasa por la facilidad con la que automáticamente propone posibles conocidos al usuario. A medida que aumenta la lista de "amigos" más información tiene el software para cruzar datos y proponer, a su vez, nuevos contactos. A su vez, éstos retroalimentan la información para la siguiente búsqueda y así cada vez más rápido.

El tiempo mejora -o parece hacerlo al menos- en Facebook. ¿Dónde están los tipos con granos, las chicas sobredimensionadas, los barbilampiños, las ortodoncias, las gafudas, los malos en deporte que éramos todos? Pasan ocho (!) años y sólo encuentro a guapetones radiantes haciendo surf en las Maldivas, chicas monísimas haciendo másters de algo (de algo de mandar, intuyo) en Nueva Yor y gente de copas (¿todo el mundo está de copas todo el rato en Facebook?) en Ibiza. Facebook no deja ni el consuelo de descubrir feas a las chicas que nos gustaron pero pasaron olímpicamente de nosotros. NO. Siguen guapísimas, igual que aquel día cuando casi justo por un momento nada más estuvimos a punto de decir algo pero luego ya nada. Ocho años, madre mía.

El tiempo mejora -o parece hacerlo al menos- en Jena. Esperemos. Hasta luego.

(*) ¿Cómo este blog?

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Por algún sitio había que empezar.

Mientras afuera llueven perros y gatos, yo me imagino la cara de Noé oyendo el parte meteorológico ¡Nubes y claros...Nubes y claros! ¡Primero me mandas a construir una barco en medio del desierto y luego cielos parcialmente despejados! Me pongo la capucha y me imagino que que arrugando la cara y encogiendo los hombros, la lluvia moja menos.

Aunque la halles lluviosa, Jena no te ha engañado. La casa está más triste, han arrancado de cuajo un jardín que tenía justo debajo de la ventana, que era prácticamente mío. He contraatacado con pájaros de papel.

Empieza la segunda temporada. A ver. Buenas noches y buena suerte.

domingo, 3 de agosto de 2008

Intermezzo.

Tussies(*), Turcos y Turistas. Olor a ciudad nada más salir del tren, a gente y más gente. Quincalla y libros viejos en cajas de fruta. El camarero deja de maltratar sus clientes por un momento y pide amablemente al músico ambulante que se vaya a otra parte a destrozar boleros con su acordeón. Berlín: cafés con tipos flacos de pelo sucio y gafas de pasta escribiendo en sus cuadernitos sobre gente que quizá ya no viva aquí.

El museo: su altar, su puerta con los leones. La cruzo, igual que hace nueve años como viajero de fin de curso atolondrado, después turista mochilero de verano, como recién llegado, vecino del barrio, viejo conocido y ahora como visitante de paso. Obras y más obras. La ciudad que va cerrando heridas y abriendo zanjas. Todo aquí se mueve o deja de hacerlo al compás de las Bauarbeiten.

Mi último barrio, sus anarco-lesbianas federadas y sus punkis que siguen en lucha:
Cruzando ese portón, en el Innenhof -bitte keine Photos, no tourists dicen los grafittis- aún hay dos bicis mías olvidadas, heredadas de generaciones de alumnos erasmus que llegaban y se iban. Tomamos la última copa en un bar en el que -explicablemente- hay una hamaca que estuvo en mi salón un año y medio. Nos despedimos, y la funeraria de enfrente nos recuerda que ni la muerte nos alejará del mal gusto -o de los buenos precios:


(*) Más links: uno y dos.

viernes, 1 de agosto de 2008

Aquí.

Alemania cuando pido un paquete el lunes y me llega el jueves. Alemania cuando vuelvo a separar la basura. Cuando mi vecino estudia algo como intercultural management. Alemania cuando la palabra Polsterluftbriefumschlag suena en la oficina. Alemania cuando la asesora fiscal se llama nada menos que Frau Geldhäuser. Alemania cuando escucho la palabra Steuerberatergebührenverordnung. Vuelvo a ser Sehr geehrter Herr P -wie Peter, E -wie Emil, R -wie Robert, E -wie Emil und Z -wie Zeppelin.

Jena: llego a la universidad antes de que acabe la primera canción del mp3. Jena cuando entro en la mensa temblando. Juraría que la camarera me desea Buena suerte en vez de Buen apetito al darme una montaña de papas y brócoli. Jena cuando salgo pronto de la universidad porque cierran las tiendas. Cuando hago lo que quería hacer en la mitad del tiempo. Del cuello de la cajera cuelga la forma de Turingia en oro. Jena, ciudad de la luz y de la escasa banda ancha.

Mi casa cuando veo los higrómetros. Cuando hasta la pesa parece marcar menos, será la crisis. Mi casa cuando veo el mapa de Berlín en la pared. Café, al fin café. Mi casa cuando me hago una ensalada. Mi casa cuando friego, cuando hago la lavadora. Mi casa cuando salgo y en cinco minutos estoy tomando una buena cerveza en buena compañía.


martes, 29 de julio de 2008

Desde Chicago a Jena.

Resonancias

Un sistema cuántico se considera resuelto cuando se conocen sus estados propios, sus eigenstates. Se los puede buscar directamente, resolviendo las ecuaciones que los tienen como solución. Otra manera -más o menos práctica según el caso- consiste en colocar al sistema fuera de su situación de equilibrio, dejar que evolucione en el tiempo y escuchar (*) como va resonando en sus estados propios. Quiere decir que bajo la dinámica del sistema hay en realidad un puñando de estados propios combinados de una determinada manera. Simplemente sacándolo de la posición de equilibrio y escuchando(**) dónde resuena, podemos detectar los estados propios que lo caracterizan.

Las resonancias ocurren cuando se está fuera del equilibrio. Puede pasar navegando en el lago Michigan -y que te veas a tu padre apuntándote al primer cursillo de vela. O delante de un cuadro en un museo de Boston y que veas al pasillo de la casa de tu abuela.

El verano llegó hace bastente y los campos (¡campos!) que atraviesa el tren están arados, secos, balas de heno por todas partes. Me bajo con cara de bobo -el jetlag no es excusa- al andén. Las maletas en los adoquines: taca-taca, torre inexplicable, y acento alemán campechano al que creía haberme acostumbrado. Jena state of mind.

(*) Si el sistema fuera una cuerda de guitarra, ésto equivale pulsar la cuerda(=sacarla de su posición de equilibrio) y dejarla que vibre.

(**) Aquí, escuchar significa hacer una transformada de Fourier, que transforma las oscilaciones en el tiempo en picos(=intensidades) en la frecuencia. El cerebro hace la transformada de Fourier automáticamente. Conviete distintas cuerdas vibrando al mismo tiempo en distintos picos para distintas frecuencias(=notas).

jueves, 24 de julio de 2008

Desde Jena a Chicago (y VIII).

Llegó el final del final...as far as this train goes (*).

Adiós a los enchufes asustados:


Adiós al trabajo:


Adiós a los trenes:


Adiós 39 pisos (47 segundos):


Adiós balcón por las tardes:


Adiós a mis compañeras de cuarto:


Adiós al balcón por la mañana (¡Nubes!):


Adiós partidas de ajedrez en la nevera:


Adiós señor Michigan:


Adiós tormentas repentinas:


Adiós graduaciones de gala:


Adiós 4 de Julio:


Adiós carteles:


Cómo no, adiós videoclub:


Adiós Chicago. Hola jetlag.

(*) En Berlín sería Dieser Zug endet hier.

sábado, 19 de julio de 2008

Desde Jena a Chicago (VII).

Los demás.

Hay un chiste estupendo de Quino en el que se ve a un náufrago sólo en una isla desierta, estrechándole la mano "al aire": Menos mal que ha llegado usted. Estaba empezando a volverme loco.

Nos hacen falta los demás, aunque nos cueste reconocerlo. Nos hacen falta los viejos conocidos, para darnos cuenta de cómo hemos cambiado. Nos hacen falta los viejos amigos, para darnos cuenta de que seguimos igual que siempre. Nos hace falta la familia, para decirnos lo que nadie más nos va a decir.

Recibo una visita inesperada, y me acuerdo del tipo del chiste. Pues yo te veo igual. Agradezco el cumplido, con su parte de verdad y su parte de wishful thinking. Nos dan las tantas hablando de recuerdos Erasmus y amigos comunes. Estaba empezando a volverme loco.

domingo, 13 de julio de 2008

Desde Boston a Chicago (I).

La señora me pide que le baje el bolso, quiere leer. Una vez sentados, se explica: quiere aprovechar para acabarse el libro de Obama. ¿El de la audacia o el del padre? Me enseña la cubierta (es el del padre) y hace algún chiste que no llego a entender, pero a mi izquierda alquien responde sonriendo Trabajo para el partido demócrata. - ¿Ah sí? ¿Y cómo hago para donar? quiere saber a mi derecha la lectora. La azafata trae bebidas, el debate se anima. Ahora o nunca.- pienso, y, levantando mi Ginger-Ale, interrumpo su conversación. To Barack. Divertidas, repiten a coro: To Barack.

¿Are you visiting, Sir? - como todos aquí, el taxista quiere hablar- No, I live here.- a ver si así no me tima. ¿You from town? - Spain, Canary Islands. Si estuviéramos en Alemania, el taxista empezaría ahora a recitar los nombres de las islas, las playas más inaccesibles, el Loro-Parque, los apartamentos "Vistamar", "Playazul", "Playamar" o similares. Él vino de Somalia. Me cuenta cómo salió de allí. Si me habla de Canarias, no creo que sea de hoteles.

Mirando en la pared de novedades del videoclub, la dependienta y yo vamos manteniendo una de esas conversaciones sin mirarnos las caras. Ojeamos las carátulas, ¿Ésta? - No, esa ya la he visto. Seguimos buscando, me pregunta por mi doctorado. Ella tiene un degree en bussiness, qué pena no haber seguido con su tesis, pero tuvo a Omar, y bueno, al final, ya se sabe. Pongo cara de que ya sé. La peli por la que pregunto es de guerra, ella no quiere saber nada de guerras desde que salió de Bosnia. Todo -las pelis, Omar, la tesis, la guerra- dicho en el mismo tono. Silencio. Oh, I understand. Digo la frase, pero me doy cuenta de que no, no understand un carajo, qué voy yo a understand - Well, I mean..I guess I don´t really, but...vaya berenjenal. Here it is! -me salva, ha encontrado la peli.

martes, 8 de julio de 2008

Desde Chicago a Boston (I).

Lugares comunes sobre las conferencias(*):

El número de profesores dormidos durante una charla (o índice PDP, profesor dormido promedio) aumenta con el tiempo, pero se mantiene constante de conferencia a conferencia.

El coeficiente CID (conversación intrascendente con desconocido) no llega a estabilizarse con el tiempo. Aunque sea contraintuitivo, va en aumento. No por ir conociendo a las personas las conversaciones dejan de ser intrascendentes.

Lo mejor del coffee-break es el break. La palabra coffee adopta otro significado durante una conferencia. Por lo general, se bebe más coffee del necesario, posiblemente para evitar alguna CID.

Nadie gana en seriedad llevando bermudas y sandalias. Los científicos tampoco.

Mientras más lejos, más aburrido: una charla sobre la estratosfera puede parecer poco interesante, una charla sobre la atmósfera de Plutón lo es más.

La gente pregunta sobre lo que ellos quieren contarte. Cuando otro estudiante te pregunta What're you workin' on? lo que quiere es contarte en lo que trabaja ÉL. Cuando pregunta Who are you workin' with? quiere que sepas que ÉL trabaja con una superestrella. Bien dirigida, la conversación se puede llevar cómodamente a una CID.

Hay muchas probabilidades de que el estudiante anterior responda con firmeza y familiaridad CUALQUIER cosa que se le pregunte. Es más, su respuesta es casi independiente de la pregunta en sí. Las palabras I don´t know, o el discreto I´m not really familiar with what you're talkin' about no saldrán de su boca aunque se le pregunte, por ejemplo, si Raúl debió ir o no a la selección. Se caracteriza por mantener CIDs con profesores -y no con los estudiantes- durante los coffee-breaks.

Los micrófonos para las rondas de preguntas no funcionan. Su papel es ritual-ornamental. El chairman otorga el derecho a preguntar entregando un micrófono averiado.

(*) conferencias a las que se va solo.

sábado, 5 de julio de 2008

Desde Jena a Chicago (VI).

¿Qué me estás contando?

Mi primo tiene entre 2000 y 2500 CDs. Sobretodo cajas especiales y rarezas. Escuchamos la versión de Let It Be original sin arreglos. Bastante distinta a la de verdad, la de toda la vida. Es como si un día me llamara mi madre y me dijera que las tortillas de verdad son distintas a las que ella me hacía de pequeño: ¿Qué me estás contando?

Casi todo el mundo -y ni les cuento los italianos- habla de la cocina de su abuela. Yo tengo más recuerdos de mi abuelo con el delantal. Cocinando, leyendo o corrigiendo a mi abuela. Probablemente fueran las tres cosas que más le gustaba hacer.

Su hermano se fue de Tenerife a Cuba en 1949, con 17 o 18 años. Obtuvo la nacionalidad cubana - habiendo renunciado antes a la española. En eso llegó Fidel y el primer intento de salir de la isla en bote. Salió su mujer, después pudo él. Estados Unidos, primero Chicago y luego el retiro a San Antonio de Tejas, ciudad fundada ¡por canarios! Casi 60 años más tarde a su hijo yanki - su alumnos de español le llaman Míster Perés- le siguen preguntando si de verdad no es irlandés, siendo tan pelirrojo y tan pecoso como es. Qué rara es la familia.

lunes, 30 de junio de 2008

Desde Jena a Chicago (V).

El pobre Miroslav Klose -alemán- está en el suelo. Repetición: se le ve corriendo (muy despacio), y por la derecha entra la pierna de un jugador español. El pie se va acercando y finalmente impacta: justo ahí. AHÍ. Donde más duele. Todos, absolutamente TODOS los hombres que estamos en el bar -españoles, alemanes, americanos, indios, chinos- gritamos a la vez ¡Ouuuuu! arrugamos la cara y nos encogemos instintivamente. Las hormonas, es lo que tiene.

El barrio es una especie de barrio deportivo, por todos lados bares llenos de pantallas con ocho partidos de béisbol a la vez. Por un momento pensé que también era el bario gay. Muy gay. Exageradamente gay: resulta que era el día del orgullo y yo no sabía nada. No leer periódicos locales, es lo que tiene.

Ya de vuelta, comparto el metro con varias reinonas algo pasadas y un poli que va resolviendo sudoku tras sudoku. Delante de mí, una chica lleva la constante de Planck tatuada en el hombro. No puede ser. Voy con la mirada del poli a las drags, de las drags al poli y de nuevo al hombro. ¿Le pregunto, no le pregunto? La incertidumbre, es lo que tiene.

viernes, 20 de junio de 2008

Desde Jena a Chicago (IV).

Hay gente a la que tener una farmacia cerca de su casa les da seguridad. Es comprensible, me pasa lo mismo con los videoclubs. Supongo que me asusta mas el aburrimiento que un dolor de cabeza(*). En Berlín viví con una farmacia y una comisaría en esquinas opuestas de mi calle. El colmo de la tranquilidad. La federación de lesbianas antifascistas estaba en mi edificio, al lado del bar -ilegal- Subversiv. Enfrente de la farmacia había un sex-shop bastante sórdido. Y enfrente de la comisaría un parque donde se vendía de todo a todas horas.

¿Ya te acuerdas del número? El tipo del videoclub se da cuenta de que no saco el post-it que le pedí que me escribiera hace ya tres semanas. Nunca había ido mas lejos del How're you doin' today? y el Have a g'night. Recuerda que en algún momento le ensenié un pasaporte y me pregunta que de dónde vengo. Yo también viví en Alemania, cinco años en Kiel. Cuando la guerra pasamos por muchos sitios, teníamos un tío en Hamburgo y acabamos en Kiel. ¿Cuando la guerra... guerra en Europa? Me la juego Cuando la guerra...eso fue..cuándo, en el 91, 92? -Sí, vengo de un pueblo de Bosnia. Con el lío que tengo yo con esa parte de Europa intento llevar la conversación a Alemania -y en alemán- y él se defiende estupendamente.

So, what're doin' here, studying or somethin'? Le cuento un poco el rollo estándar y me voy dando cuenta de la familiaridad con la que uno le habla aquí a los extraños. Tres de cada cinco días entro aquí y estoy 30 segundos, de camino a casa desde la estacion. Le pregunto por su ojo, bromea un poco -...mi novia es algo celosa. Es un videoclub de barrio, todavía tienen VHSs y la mayoría de los clientes van a la sección para adultos para comprar películas. Sin embargo, a mí me da seguridad.

(*) Tengo la inmensa suerte de que mis dolores de cabeza se vayan con aspirina.


domingo, 15 de junio de 2008

Desde Jena a Chicago (III).

Vivan los novios.

Afuera, los 84º Farenheit no perdonan, y dentro de la St. Pauls United Church of Christ, los perfumes, los tacones y la gomina van dando paso al olor -universal- a gente. El organista toca el canon de Pachelbel, que en lenguaje de boda -universal- significa "vayan sentándose que vienen los novios". Suben al estrado dos chicas y cantan una cursilada de canción, a juego con el tono -el tonito- rosa de las paredes y las cristaleras demasiado coloristas.

Silencio. Aparece la por la izquierda la pastora Ward vestida de blanco. Se planta frente a los novios. Va diciendo cosas pertinentes y predecibles hasta que llega adonde tiene que llegar. La St. Pauls UCC es una iglesia "Open and Afirming": El Estado de Illinois no está de acuerdo con lo que celebramos hoy aquí, pero hoy aquí celebramos el amor entre dos personas; no entre dos personas y el Estado de Illinois.

Rob y Phillip se intercambian las alianzas, la pastora da su permiso y se besan, mientras el inevitable fotógrafo de bodas -universal- rompe la breve solemnidad del conjunto. El beso se alarga y una risilla cómplice recorre los bancos de la iglesia.También eso es universal.

domingo, 8 de junio de 2008

Desde Jena a Chicago (II).

Cara de Póquer.

Para saber quién manda en un barco sólo hay que fijarse en quién habla más bajo. El tipo que susurra Izar Génova. A su lado se oye un poco mas fuerte ¡Arriba el Génova! En cascada y cada vez más fuerte la orden rebota por cubierta hasta que un tipo finalmente empieza a tirar de un cabo.

Es la imagen que me trae a la cabeza la profesora de éste departamento. De figura muy frágil y movimientos elegantes, nos invita sentarnos en su despacho, nos ofrece café. Pregunta con voz suave, como si pidiera un favor. Se discute algo tan abstracto como el "project status". Cara de póquer. Empiezo por repetir lo mismo que le escribí en un correo hace 8 meses. Right, right, fine, ok, wonderfull ...voy oyendo mientras me pregunto por qué no han continuado aquí con el trabajo.

En el trayecto de vuelta en tren, descubro que lo que la chica del al lado -de manicura indescriptible- ha estado garabateando en su cuaderno soy yo mismo. Según su dibujo tengo que afeitarme más a menudo. Levanto la vista y -¡Por tercera vez!- veo al mismo tipo con sus libros de autoayuda y su Ice-Cappucino to go en las manos. Hoy lee Learning from Within, la última vez era Find Your Inner Voice. Crea tu propio blog, se me ocurre.

martes, 27 de mayo de 2008

Desde Jena a Chicago (I).

Los otros.

Hay unos anuncios de una tienda alemana en los que un cómico intenta timar a un amigo, perseguir a una dependienta y engañar al vendedor. Supongo que el publicista quería jugar con el estereotipo de chulo y caradura. Le hacen hablar a gritos por el móvil, lleva bigote, gafas, pelo en el pecho y cadenas de oro. La idea queda bastante clara. El problema: se supone que es italiano. Los italianos han protestado. Una vez leí -en una revista española- que los alemanes miran a los italianos con cariño pero sin respeto, y viceversa: los italianos miran a los alemanes con respeto pero sin cariño. Yo noto con frecuencia en las noticias, revistas y programas alemanes en general una cierta tendencia a llevar las informaciones italianas al tópico. Mafia, ligones, buena comida, mujeres bonitas con fuerte acento. Por otra parte, explotan el filón italiano a la hora de vender, terminando en "-ini", "-etti", "-loni" y "-osi" casi todo lo que se quiere vender en el supermercado.Cuestión de respeto? Me habría importado que hicieran el anuncio con un español? Me pregunto, sin embargo, si el publicista en cuestión tendría los arrestos de caricaturizar a un muchacho turco, gritando, con la gorra, el móvil, los pantalones imposibles usw. para vender electrodomésticos.

Qué haría el italiano que hay en mí? El español que hay en mí me ha hecho vestirme un poco mejor de lo normal el primer día que voy a ver a la profesora de éste departamento. Habría hecho lo mismo un alemán? El alemán que hay en mí, por su parte, me ha hecho ser el único entre tanto yanki que se esperó a que el semáforo dijera WALK en vez de DON'T WALK en una calle desierta. El cubano que hay en mi primo (de pasaportes español y estadounidense) le hace decirme que bote las cosas donde pueda, y que agarre la bici para ir al campus si quiero. El yanki le hace no salir de casa sin su gorra. El policía que comprobó mi visa -en pasaporte español, pero concedida en Berlín- se llamaba Fuentes. El taxista Antonio Carro, que al oirme hablar español por teléfono me empezó a contar su vida, llevaba al ecuatoriano a flor de piel.

El Guillermo que hay en mí me ha hecho querer un DVD, pero el alemán me ha hecho pensar que sin Anmeldung no habría nada que hacer. I just have my passport, no other ID. La dependienta serbia me lo deja claro: Passport not important, we take VISA. Welcome to Chicago.

martes, 20 de mayo de 2008

Lady Madonna

Dentro de todos nosotros hay un percusionista. Cuando digo "todos nosotros", me refiero principalmente a mí mismo y a un par de colegas más. Nunca he tocado la batería. Soy incapaz de llevar ritmos distintos con la mano izquierda y con la mano derecha. Aún así, desde la salsa, al rock, pasando por el pop más facilón, siempre he querido ser el percusionista de la banda. Una vez convencí -más por aburrimiento que por otra cosa- a un fan de los Rolling de que los mejores segundos de la historia del pop-rock son los úlitmos ocho de Lady Madonna.

Un pianista de New Orleans me dice que me quede su euro de "pfand"(*). Estamos en un bar -EL BAR- de Jena. Él está de visita. Me lo acaban de presentar. Yo no quiero su euro. Él insiste. Voy a la barra y pido más de lo mismo. Cuando me lo sirven, aprovecho para devolverle su dinero al turista amable. Me distraigo. Me han dado cerveza con cola. Cuando le pido al camarero que por favor me la cambie me dice que no te lo cambio y PUNTO. Intenta ser paternal y pone una mano sobre mi hombro. Es tut mir leid empieza. La aparto con un gesto despectivo, me encaro y le digo que se calle, que no me creo que "lo sienta", y que no siga hablando, no me interesa lo que me tenga que decir si no me va a cambiar las cervezas, que acaba de ver cómo me las sirven.

Después de comprobar que la mala leche se cura bailando, vuelvo a la barra. La camarera se sorprende de que haya pedido en el lugar de la barra en donde sólo se devuelven vasos vacíos. Comprendo que sea un shock para ella. Estamos en un bar de estudiantes, son las once la noche y todo el mundo baila, pero el sitio de los vasos es EL SITIO DE LOS VASOS, y eigentlich hättest Du es an der anderen Seite bestellen müssen. Menos mal que vuelve a haber un solo de batería (segundo 2:49) y nadie parece haber notado mi error. Qué alivio.

* Prenda que se paga en los bares de Alemania por haberte llevado un vaso de la barra.



sábado, 10 de mayo de 2008

Air: la línea más corta entre dos puntos.

(el post consiste en ver dos videos en youtube y decir lo que se quiera. El texto es prescindible.)

Luftlinie: En un mapa, es una recta entre dos puntos, la distancia más corta. Casi siempre imposible de seguir al nivel del suelo. Es lo que uno haría si se pudiera caminar por el aire.

Si pudiera caminar por el aire. Él podía. Con elegancia con ligereza. Si alguien ya está pensando en en número 23 en blanco sobre fondo rojo, ha acertado(*). Air: para muchos -es decir, para mí y para algunos más que se me ocurren- el mejor deportista de todos los tiempos.

En el anuncio que sigue no enseñan ni el producto, porque no lo hay. Casi no hay palabra. El anunciante se recrea en su propio lenguaje, inconfundible, impecable. Se basa en la complicidad total del espectador. Si al verlo se cree que se está ante algo conocido, el es que el anunciante ha ganado. La idea es perfecta: no es un producto, es un mensaje.

El segundo vídeo enseña hasta qué punto está bien ejecutado el anuncio, y lo original que resulta la idea. Me gustaría saber qué les parecen los dos, a mí me encantaron.

* Y además es un friki. Bienvenido al blog.

domingo, 4 de mayo de 2008

El MIT, el tren y la música.

Hace bastantes años, entre un amigo y yo, el Massachusetts Institute of Technology, MIT, se convirtió en una especie de figura misteriosa y lejana a la que nos referíamos para bromas o chistes freaks. No creo que ni él ni yo, por aquél entonces, tuviéramos idea de qué era exactamente. Probablemente, no sabíamos ni dónde estaba Massachusetts, ni muchísimo menos cómo se escribía Massachusetts. El MIT era el MIT, y fuera lo que fuera, sabíamos a lo que nos referíamos. Un día descubrí cerca de mi facultad en La Laguna el Matadero Insular de Tenerife. Tuvimos para varios años más de risas.

El otro día nos dió una charla un investigador que acaba de llegar a Jena del MIT. Él es un físico experimentalista, nosotros somos -seremos- químicos teóricos. En nuestro grupo hacemos lo mismo que él, o por lo menos, intentamos llegar a lo mismo, intentamos describir lo mismo, intentamos VER lo mismo. Y sin embargo, no nos entendimos como cabría esperar. Otro lenguaje, dijeron algunos. Muchos espectros, muchas señales. Se debe notar en mi cara que no entiendo una de sus respuestas. Supongo que intentando parecer cercano nos dice: It' s my gut feeling. Algo así como "Es una corazonada.", pero con menos corazón y más intestino. Aunque admire su desenvoltura, no puedo imaginarme a un teórico invocando alguna parte de su cuerpo -distinta a su cerebro- ante una audiencia de experimentalistas. Eso debe ser por venir del MIT, pienso, y me acuerdo de mi amigo.

A la mañana -muy mañana- siguente, en el tren Jena-Berlín, se sienta frente a mí una señora con un iPod y un cuaderno con la partitura de una ópera. Toma apuntes, repite algunas pistas, anota algo en los pentagramas. Yo estoy pasando unas fórmulas al ordenador. Pienso en sus notas y en mis equaciones. La señora hace una pausa y las mira también. Sin saber de música, se me ocurre que en teoría sus frecuencias, intensidades, duraciones, modulaciones y pulsaciones se podrían escribir en forma de ecuación. No sería tan vistoso, ni tan económico ni tan bonito como en un pentagrama. Recuerdo la primera vez que me hablaron de una ecuación bella. De vez en cuando en algún libro de texto se refieren a fórmulas elegantes, a teorías sofisticadas. Luego viene un señor de Massachusetts y dice que tiene problemas de digestión. Me quedo con las notas.

jueves, 1 de mayo de 2008

Einstein o la euforia de la caída.

Oí decir a un saltador de altura que nada se puede comparar con el punto más alto de un salto. Las cámaras colocadas a la altura del listón captan ese momento. El cuerpo se va tensando lentamente, dejando de ganar altura. Todos y cada uno de sus músculos están bajo control. Y en lo más alto, el tiempo se para, y sólo hay en una cosa en su cabeza: volar.

Ahí: Esa fracción de segundo. Cada detalle -el agarre de la pértiga, el primer paso de la carrera, el control de su respiración- le ha hecho volar por un momento. Ese momento pasa, atrás queda el listón. El corazón vuelve a latir, el cuerpo a gana velocidad, y el atleta se entrega a la euforia de la caída.

Einstein dijo que intentó dar respuesta a una pregunta simple: ¿siente un cuerpo su propio peso cuando cae?*. Otro físico que se empeñó en llevarle la contraria -Dios SÍ juega a los dados.-, Stephen Hawking, ha pasado gran parte de su vida en una silla de ruedas. Hoy en día está casi paralizado por completo. Hace un año la NASA lo subió a un avión, y durante unos minutos le hizo "caer" al vacío. El avión y el físico dentro cayendo juntos, simulando ingravidez. Flotó Hawking, liberado del peso de su propio cuerpo por primera vez en muchos años. Su páralisis casi total no consiguió impedirle lo expresara. Fíjense en su cara: la euforia de la caída.

* La pregunta "parece" simple, pero yo creo que no la entiendo.





lunes, 28 de abril de 2008

Fin de semana de excursión.

Las excursiones se crearon con un único fin: compilar la música variada para el viaje. Antes del iPod, el mp3 e incluso de los CDs, estaban las cintas. Mi hermana (varios años mayor que yo) tiene -no sé si todavía- una buena colección de cintas hechas por ella misma. La recuerdo incluso haciendo el cálculo del orden de las canciones para que ninguna se quedara a mitad al final de una cara. Hoy las memorias son casi ilimitadas. El espacio limitado del casette refina el gusto, qué entra y qué no entra. Ahora se descargan álbumes en unos minutos y se almacenan para escuchar cuando se tenga tiempo. Tampoco me parece mal, pero nada tiene tanto arte, tanto history in the making como ESA CINTA que nos quedó especialmente bien (¿quizá de 90 minutos?), variada pero con un claro espíritu que la impregna y atraviesa. O aquella que te prestó algún desgraciado y todavía conservas. ¿Alguna declaración -velada- de intenciones amoroso-hormonales en clave ferromagnética?

Guille y la fábrica de chocolate. Da igual que estuviera cerrada y sólo estuviéramos en la tienda. He pisado el cielo, he olido el paraíso. Una vez estuve en el museo del chocolate -no como pieza de exposición- y casi le doy un mordisco a una señora que tenía al lado. Después de una hora oliendo chocolate muerdo lo que sea. Frutración a posteriori: he comprado pralinés que llevan licor. ¿Alguna se ha visto a ALGUIEN ALEGRARSE de que el chocolate lleve licor? Es antinatural. El como si alguien dijera de pronto sonriendo al morder una galleta: ¡Mmmmmhh, pensé que eran de chocolate, pero NO: son pasas! ¡Qué rico!

Y tres.

martes, 22 de abril de 2008

El país perdido de las bicicletas.*

ste es el mapa que señala el país perdido de las bicicletas. Altraste

Uno de los motivos por los que me quedé en Berlín -aparte de la propia ciudad- al acabar mi año Erasmus fue mi bicicleta. El otro fue mi caja de herramientas. Ninguna de esas dos cosas me las podía llevar a Tenerife. Estaba la ciencia, pero eso no me preocupaba tanto. También había una relación, pero confiaba en que de alguna manera me las arreglaría. Sin embargo, la bici y mis herramientas eran irrenunciables, genuinamente asociadas a mi vida en Berlín. La bici me costó 20 euros en un mercadillo y la sigo teniendo en Jena (junto a otra que vino después). Las herramientas fueron un regalo del banco. No llevo la cuenta, pero creo que llevo unas diez casas (contando las de otras personas) montadas con ellas, incluida la de Jena.

Nada se puede igualar a un par horas libres, una ciudad llana y una bicileta. El sábado estuve en Copenhague. El equipaje en una consigna, las manos en los bolsillos y una bici alquilada. La ciudad vacía, la mañana espléndida y muchas horas por delante para hacer cualquier cosa. Cualquier cosa que se vea así valdrá la pena.


Un tipo subido a un caballo impresiona, tansmite mucha autoridad al peatón. Lo sabían los romanos, lo sabían los indios en américa, lo saben las policías montadas actuales, lo saben hasta Les Luthiers. El alemán tiene una palabra de caballos para las niñas cursis, Pferdemädchen: niñita a la que le gustan los caballos y/o ponis. A mí nunca me interesaron los caballos -nunca he cabalgado-, pero el cariño y la confianza entre un jinete y su montura no se me escapan. Aquí estamos, de paseo por Berlín, mi caballo y yo:


miércoles, 16 de abril de 2008

Lund.

Son españoles? Digo que sí con la cabeza y mentalmente repaso mis últimos comentarios en voz alta por si he dicho algo que no debo. Estamos en un tren que nos lleva sobre el Mar Báltico desde Copehague (Dinamarca) a Lund (Suecia). El chico, que nos habla amable y rápidamente para impresionar a su compañera de viaje, nos cuenta que trabaja en un crucero por el Báltico y que vuelve de vacaciones a casa. Mientras abre otra cerveza con la tapa de su móvil, dice que sabe español porque su abuela es de Tenerife (!). Completa su versión del marinero de permiso -mujer y cerveza ya están- enseñándonos un tatuaje en su antebrazo, en español, y en letra Times New Roman tipo 25:
NADIE PUEDE JUZGARME
Buena psicología invertida, pienso yo.

Son españoles?
Muchos buques llevan banderas de conveniencia que no son las que se esperaría. La versión en estudiante se llama filiación, y por primera vez (creo), me llevar una bandera distinta de la mía:


Well that's not quite a German name, is it? Típica frase "rompehielos" durante los coffee-breaks. Why? My name is Friedrich Schiller. Varias horas de charlas inhiben nuestro sentido del humor.

La recepcionista del hotel lo conserva: llego -maleta en mano y cara de ayúdeme- y le pregunto por la residencia de estudiantes de igual nombre que el hotel. Ella arruga la cara y dice I don't have any idea! En seguida se ríe y me dice que le siga hasta el ascensor de señales algo raras:

Tres pisos de angustia (¿Cada cuánto se cae este ascensor?) más tarde llego a la habitación. A la mañana siguiente descubro que tengo que poner algo en la ventana si no quiero depertarme todos los días a las 6:00 am:

Cojo la manta roja y al irla a colgar de la ventana descubro en todo el marco pelusa roja. ¡Momentazo CSI!