domingo, 4 de mayo de 2008

El MIT, el tren y la música.

Hace bastantes años, entre un amigo y yo, el Massachusetts Institute of Technology, MIT, se convirtió en una especie de figura misteriosa y lejana a la que nos referíamos para bromas o chistes freaks. No creo que ni él ni yo, por aquél entonces, tuviéramos idea de qué era exactamente. Probablemente, no sabíamos ni dónde estaba Massachusetts, ni muchísimo menos cómo se escribía Massachusetts. El MIT era el MIT, y fuera lo que fuera, sabíamos a lo que nos referíamos. Un día descubrí cerca de mi facultad en La Laguna el Matadero Insular de Tenerife. Tuvimos para varios años más de risas.

El otro día nos dió una charla un investigador que acaba de llegar a Jena del MIT. Él es un físico experimentalista, nosotros somos -seremos- químicos teóricos. En nuestro grupo hacemos lo mismo que él, o por lo menos, intentamos llegar a lo mismo, intentamos describir lo mismo, intentamos VER lo mismo. Y sin embargo, no nos entendimos como cabría esperar. Otro lenguaje, dijeron algunos. Muchos espectros, muchas señales. Se debe notar en mi cara que no entiendo una de sus respuestas. Supongo que intentando parecer cercano nos dice: It' s my gut feeling. Algo así como "Es una corazonada.", pero con menos corazón y más intestino. Aunque admire su desenvoltura, no puedo imaginarme a un teórico invocando alguna parte de su cuerpo -distinta a su cerebro- ante una audiencia de experimentalistas. Eso debe ser por venir del MIT, pienso, y me acuerdo de mi amigo.

A la mañana -muy mañana- siguente, en el tren Jena-Berlín, se sienta frente a mí una señora con un iPod y un cuaderno con la partitura de una ópera. Toma apuntes, repite algunas pistas, anota algo en los pentagramas. Yo estoy pasando unas fórmulas al ordenador. Pienso en sus notas y en mis equaciones. La señora hace una pausa y las mira también. Sin saber de música, se me ocurre que en teoría sus frecuencias, intensidades, duraciones, modulaciones y pulsaciones se podrían escribir en forma de ecuación. No sería tan vistoso, ni tan económico ni tan bonito como en un pentagrama. Recuerdo la primera vez que me hablaron de una ecuación bella. De vez en cuando en algún libro de texto se refieren a fórmulas elegantes, a teorías sofisticadas. Luego viene un señor de Massachusetts y dice que tiene problemas de digestión. Me quedo con las notas.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Música y física siempre han tenido una extraña relación...

Notas y ecuaciones...

Alla en los 80 aprendi a programar con un MSX, BAsic, lo primero, músiquitas...

A principios de los 90 ya tenía un 486, y que bonito era editar y modificar archivos MOD, una especíe de programación de 4 vías de sonido... Axel Fory, mítico...

Clausius dijo...

Sin saber de música, se me ocurre que en teoría sus frecuencias, intensidades, duraciones, modulaciones y pulsaciones se podrían escribir en forma de ecuación.

Teórico tenías que ser. ¡Qué miedo!

Unknown dijo...

ey guille! recuerda tu publico no-cientifico. (por ejemplo las personas que hacen doctorado en ciencias sociales) mucho einstein y formulas ultimamente! :)

Guille dijo...

Hola!
Había puesto el link último mal :(
"Me quedo con las notas".

Si vuelven a pinchar puede que parezca todo menos...científico? :)

Saludets mañaneiros!

sin querer te atropello dijo...

hola guille, soy marc, from BChe llegado a tu blog por casualidad, aunque en el fondo siempre pienso que no, que no puede ser que de entre tantos miles y miles de blogs, me haya tenido que entretener leyendo tus cosas!... fíjate tú, qué fuerte
pero bueno, espero que estoy sea el principio de algo, me encanta tu sitio, y además es sencillo, el súmmum

oye, company, me podrías decir cómo, siendo de blogger, puedes/puedo personalizar tu espacio con ese diseño tan sencillo?
soy nuevo en esto y no le dedico suficiente tiempo todavía

moltes gràcies
m