Cuando llegué a Jena, parecía que la vida transcurría básicamente entre la Friedrich-Schiller-Universität y la Goethe Gallerie. Por eso, la primera vez que fui a Weimar me compré un CD con las cartas entre Schiller y Goethe leídas por dos actores. Un genuino rollo que nunca conseguí escuchar hasta el viernes pasado. Las tres horas de coche Jena-Mainz fueron en compañía de los dos genios contándose sus cosas. Además, los del CD tuvieron la idea de poner cada voz un altavoz distinto del estéro.
Fede, vente para Weimar. Schiller y Goethe se conocían personalmente, pero no eran exactamente fans el uno del otro. Sólo cuando Schiller le pide a Goethe que colabore en su revista (adulándole antes exageradamente) empiezan de verdad a intercambiarse ideas, consejos y deseos sinceros. Cinco años de cartas -325 km de carretera- dan para ética, estética, poética y demás rollos. Lo más divertido son -como siempre- los detalles: comentarios sobre la ineptitud de algunos actores, sobre cómo empapelar bien las paredes, inquietudes sobre la propia obra, quejas de salud, interés por los niños, la mujer, la casa.
Todo eso voy oyendo cuando yo mismo salgo de Jena, paso por Weimar (y veo la torre de Buchenwald siniestra aún desde lejos), sigo por Erfurt, paso por Eisenach y veo su Wartburg iluminado por la noche (patrimonio de la humanidad), cruzo justo después la "frontera interalemana", y pasando de puntillas por Frankfurt llego a Mainz (ciudad de Gutenberg), para subir al día siguiente por el Rín y llegar al risco Lorelei (patrimonio de la humanidad) y seguir al pueblo-postal Limburg. A la vuelta decido pasar por IKEA antes de volver a Jena, no vaya a ser que al llegar me dé por pensar que estoy en Alemania. Leute leute!
Fede, vente para Weimar. Schiller y Goethe se conocían personalmente, pero no eran exactamente fans el uno del otro. Sólo cuando Schiller le pide a Goethe que colabore en su revista (adulándole antes exageradamente) empiezan de verdad a intercambiarse ideas, consejos y deseos sinceros. Cinco años de cartas -325 km de carretera- dan para ética, estética, poética y demás rollos. Lo más divertido son -como siempre- los detalles: comentarios sobre la ineptitud de algunos actores, sobre cómo empapelar bien las paredes, inquietudes sobre la propia obra, quejas de salud, interés por los niños, la mujer, la casa.
Todo eso voy oyendo cuando yo mismo salgo de Jena, paso por Weimar (y veo la torre de Buchenwald siniestra aún desde lejos), sigo por Erfurt, paso por Eisenach y veo su Wartburg iluminado por la noche (patrimonio de la humanidad), cruzo justo después la "frontera interalemana", y pasando de puntillas por Frankfurt llego a Mainz (ciudad de Gutenberg), para subir al día siguiente por el Rín y llegar al risco Lorelei (patrimonio de la humanidad) y seguir al pueblo-postal Limburg. A la vuelta decido pasar por IKEA antes de volver a Jena, no vaya a ser que al llegar me dé por pensar que estoy en Alemania. Leute leute!
3 comentarios:
Horas escuchando a Schiller y Goethe...
No comment...
Risco de S.Antonio, risco de S. Nicolás, risco de S.José, frente a eso risco Lorelei es Heidy en estado puro!. No te distraigas conduciendo!!!
De verdad estabas tan aburrido que te has echado dos horas y pico escuchando a esos dos? Kein Problem, le pediré a los Reyes que te dejen algo más emocionante (qué tal los Chuguitos?)
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