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domingo, 8 de noviembre de 2009

Ajena.

Las ciudades -nos guste o no- también nos habitan a nosotros. Se pasean por nosotros, nuestras esquinas y nuestras plazas. A veces haciéndonos sentir bien, otras dándonos escalofríos y en algunos casos, cogiéndonos cariño.

Jena debe de sospechar que la odio, y es cierto que motivos no le faltan. Se enfada y nos envuelve a los dos en una neblina que oculta sus vergüenzas. Luego se le pasa y me perdona. Se intenta poner coqueta, con dos o tres días de glorioso otoño de cielo azul y fuego en los árboles, aunque todo acaba quedando en buenas intenciones.

Con reflejos envidiables -me conoce bien-, cuando me voy a ir con otra a engañarla por dos o tres días, intenta que por lo menos me vaya con ganas de volver. Espero irme de aquí antes de que consiga convencerme del todo.

miércoles, 18 de marzo de 2009

El principio...

...es la mitad de todo, me dijo mi padre aquella vez. Supongo que, una vez más, habrá que hacerle caso al viejo.

Mientras tanto, un librero de Mainz me hace este guiño con sus libros de viaje:
Todo lo demás bien, es que aparte del blog también escribo una tesis, a la que de vez en cuando dedico algo de tiempo. Feels good to be back.

miércoles, 7 de enero de 2009

En blanco y negro.

Cinco de enero, mediodía, playa de Las Teresitas:
La foto NO es una postal.

Siete de enero, mediodía, en algún lugar entre Erfurt y Weimar:

La película es en color.

Se me había olvidado el taca-taca de la maleta en los adoquines, hoy amortiguado por la nieve compactada. Los higrómetros que dan palmas, los termómetros que se han dado la vuelta y el buzón que explota de publicidad. Salimos de casa y a casa llegamos.

martes, 18 de noviembre de 2008

Singing in the Rhine.

Cuando llegué a Jena, parecía que la vida transcurría básicamente entre la Friedrich-Schiller-Universität y la Goethe Gallerie. Por eso, la primera vez que fui a Weimar me compré un CD con las cartas entre Schiller y Goethe leídas por dos actores. Un genuino rollo que nunca conseguí escuchar hasta el viernes pasado. Las tres horas de coche Jena-Mainz fueron en compañía de los dos genios contándose sus cosas. Además, los del CD tuvieron la idea de poner cada voz un altavoz distinto del estéro.

Fede, vente para Weimar. Schiller y Goethe se conocían personalmente, pero no eran exactamente fans el uno del otro. Sólo cuando Schiller le pide a Goethe que colabore en su revista (adulándole antes exageradamente) empiezan de verdad a intercambiarse ideas, consejos y deseos sinceros. Cinco años de cartas -325 km de carretera- dan para ética, estética, poética y demás rollos. Lo más divertido son -como siempre- los detalles: comentarios sobre la ineptitud de algunos actores, sobre cómo empapelar bien las paredes, inquietudes sobre la propia obra, quejas de salud, interés por los niños, la mujer, la casa.

Todo eso voy oyendo cuando yo mismo salgo de Jena, paso por Weimar (y veo la torre de Buchenwald siniestra aún desde lejos), sigo por Erfurt, paso por Eisenach y veo su Wartburg iluminado por la noche (patrimonio de la humanidad), cruzo justo después la "frontera interalemana", y pasando de puntillas por Frankfurt llego a Mainz (ciudad de Gutenberg), para subir al día siguiente por el Rín y llegar al risco Lorelei (patrimonio de la humanidad) y seguir al pueblo-postal Limburg. A la vuelta decido pasar por IKEA antes de volver a Jena, no vaya a ser que al llegar me dé por pensar que estoy en Alemania. Leute leute!


sábado, 8 de noviembre de 2008

Dos minutos y medio.

Im laughing at clouds, so dark up above(*)

En menos de dos minutos y medio, los Beatles hacían maravillas. 130 segundos de felicidad. Enlatada e infantil, pero efectiva. No conozco a nadie capaz de transmitir algo así en tan poco tiempo. Cualquier cosa que necesite más tiempo para ser expresada con claridad, probablemente no valga la pena.

A no ser que sea uno Gene Kelly, y pueda demostrarlo a lo largo de unos espléndidos cuatro minutos, convenciéndonos de que la lluvia no es tan mala. Aquí en Jena se le echa de menos. Llueve sobre mojado, niebla sobre nublado.

Intentamos distraernos de lo de siempre yendo a los bares de siempre: buena música y malas bebidas. A la velocidad del sonido, en dos minutos y medio, sólo llegaríamos a Erfurt. Socorro.

(*) Ver el vídeo de Gene Kelly. De verdad, se tiende a olvidar lo bueno que es.


miércoles, 5 de noviembre de 2008

Yes we could.

Niebla. Días de niebla en Jena, niebla que se acaba metiendo hasta en el ánimo, qué se le va a hacer. Ni el compadreo que se trae la cajera de la Mensa -ya se te nota menos el desastre de corte de pelo de la semana pasada- consigue distraerme.

Humedad. Las calles mojadas aunque no llueva, humedad que se acaba metiendo en la ropa, en los huesos. Una visita al supermercado confirma que ha empezado definitivamente el semestre: a partir de las seis de la tarde, las estanterías ya están saquedas. Juraría haber visto a mi dentista rebuscando en los cestones de ofertas...será la crisis.

Y cómo no, el mundo entero como si se hubiera elegido al presidente...del mundo entero. Y yo con estos pelos. En fin.

martes, 16 de septiembre de 2008

Jena la nuit.

Los jefes están en las antípodas. Literalmente: el desfase me hace trabajar hasta tarde para que ocho horas de adelanto -se deben de estar levantando- no supongan todo un día de retraso en el tráfico de emails. Por supuesto, hace falta para ayer. A medianoche empieza a costar trabajo encontrar el error en los resultados.

Un lunes (martes ya) a estas horas a Jena le falta todo. Han quitado las ventanas, los coches, la gente. Deben de haber desmontado hasta las colinas. Juraría que el semáforo ha sonreído al ver a un tipo que cruza rápidamente aunque no queda un solo coche en toda Turingia. Ya por la mañana, a Jena se la traga la niebla(*).

Las mañanas laguneras también tenían su niebla y su frío. La estudiante en prácticas también la recuerda La Laguna. En la pizzería en la que trabajó allí -probablemente atendiéndonos al mismo grupo de amigos varias veces- aprendió el español que ha utilizado para preguntarme por qué no cuadran sus cálculos cuánticos. Pienso en los míos no cuadrando la noche anterior por las tres últimas letras de un fichero y...

(*) Según acolostico es porque los del ayuntamiento no han pagado las facturas del paisaje.


viernes, 5 de septiembre de 2008

El tiempo mejora.

La nueva "utilidad social" Facebook permite a todo el mundo estar hiperconectado con todo el mundo a todas horas. Se suben fotos, perfiles, estados civiles, anímicos, físicos, educacionales y todo lo que el exhibicionista online en cuestión quiera hacer ver. Un fenómeno más de la generation ME(*). Existían páginas parecidas desde hace mucho, pero Facebook arrasa por la facilidad con la que automáticamente propone posibles conocidos al usuario. A medida que aumenta la lista de "amigos" más información tiene el software para cruzar datos y proponer, a su vez, nuevos contactos. A su vez, éstos retroalimentan la información para la siguiente búsqueda y así cada vez más rápido.

El tiempo mejora -o parece hacerlo al menos- en Facebook. ¿Dónde están los tipos con granos, las chicas sobredimensionadas, los barbilampiños, las ortodoncias, las gafudas, los malos en deporte que éramos todos? Pasan ocho (!) años y sólo encuentro a guapetones radiantes haciendo surf en las Maldivas, chicas monísimas haciendo másters de algo (de algo de mandar, intuyo) en Nueva Yor y gente de copas (¿todo el mundo está de copas todo el rato en Facebook?) en Ibiza. Facebook no deja ni el consuelo de descubrir feas a las chicas que nos gustaron pero pasaron olímpicamente de nosotros. NO. Siguen guapísimas, igual que aquel día cuando casi justo por un momento nada más estuvimos a punto de decir algo pero luego ya nada. Ocho años, madre mía.

El tiempo mejora -o parece hacerlo al menos- en Jena. Esperemos. Hasta luego.

(*) ¿Cómo este blog?

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Por algún sitio había que empezar.

Mientras afuera llueven perros y gatos, yo me imagino la cara de Noé oyendo el parte meteorológico ¡Nubes y claros...Nubes y claros! ¡Primero me mandas a construir una barco en medio del desierto y luego cielos parcialmente despejados! Me pongo la capucha y me imagino que que arrugando la cara y encogiendo los hombros, la lluvia moja menos.

Aunque la halles lluviosa, Jena no te ha engañado. La casa está más triste, han arrancado de cuajo un jardín que tenía justo debajo de la ventana, que era prácticamente mío. He contraatacado con pájaros de papel.

Empieza la segunda temporada. A ver. Buenas noches y buena suerte.

viernes, 1 de agosto de 2008

Aquí.

Alemania cuando pido un paquete el lunes y me llega el jueves. Alemania cuando vuelvo a separar la basura. Cuando mi vecino estudia algo como intercultural management. Alemania cuando la palabra Polsterluftbriefumschlag suena en la oficina. Alemania cuando la asesora fiscal se llama nada menos que Frau Geldhäuser. Alemania cuando escucho la palabra Steuerberatergebührenverordnung. Vuelvo a ser Sehr geehrter Herr P -wie Peter, E -wie Emil, R -wie Robert, E -wie Emil und Z -wie Zeppelin.

Jena: llego a la universidad antes de que acabe la primera canción del mp3. Jena cuando entro en la mensa temblando. Juraría que la camarera me desea Buena suerte en vez de Buen apetito al darme una montaña de papas y brócoli. Jena cuando salgo pronto de la universidad porque cierran las tiendas. Cuando hago lo que quería hacer en la mitad del tiempo. Del cuello de la cajera cuelga la forma de Turingia en oro. Jena, ciudad de la luz y de la escasa banda ancha.

Mi casa cuando veo los higrómetros. Cuando hasta la pesa parece marcar menos, será la crisis. Mi casa cuando veo el mapa de Berlín en la pared. Café, al fin café. Mi casa cuando me hago una ensalada. Mi casa cuando friego, cuando hago la lavadora. Mi casa cuando salgo y en cinco minutos estoy tomando una buena cerveza en buena compañía.


martes, 29 de julio de 2008

Desde Chicago a Jena.

Resonancias

Un sistema cuántico se considera resuelto cuando se conocen sus estados propios, sus eigenstates. Se los puede buscar directamente, resolviendo las ecuaciones que los tienen como solución. Otra manera -más o menos práctica según el caso- consiste en colocar al sistema fuera de su situación de equilibrio, dejar que evolucione en el tiempo y escuchar (*) como va resonando en sus estados propios. Quiere decir que bajo la dinámica del sistema hay en realidad un puñando de estados propios combinados de una determinada manera. Simplemente sacándolo de la posición de equilibrio y escuchando(**) dónde resuena, podemos detectar los estados propios que lo caracterizan.

Las resonancias ocurren cuando se está fuera del equilibrio. Puede pasar navegando en el lago Michigan -y que te veas a tu padre apuntándote al primer cursillo de vela. O delante de un cuadro en un museo de Boston y que veas al pasillo de la casa de tu abuela.

El verano llegó hace bastente y los campos (¡campos!) que atraviesa el tren están arados, secos, balas de heno por todas partes. Me bajo con cara de bobo -el jetlag no es excusa- al andén. Las maletas en los adoquines: taca-taca, torre inexplicable, y acento alemán campechano al que creía haberme acostumbrado. Jena state of mind.

(*) Si el sistema fuera una cuerda de guitarra, ésto equivale pulsar la cuerda(=sacarla de su posición de equilibrio) y dejarla que vibre.

(**) Aquí, escuchar significa hacer una transformada de Fourier, que transforma las oscilaciones en el tiempo en picos(=intensidades) en la frecuencia. El cerebro hace la transformada de Fourier automáticamente. Conviete distintas cuerdas vibrando al mismo tiempo en distintos picos para distintas frecuencias(=notas).

martes, 22 de abril de 2008

El país perdido de las bicicletas.*

ste es el mapa que señala el país perdido de las bicicletas. Altraste

Uno de los motivos por los que me quedé en Berlín -aparte de la propia ciudad- al acabar mi año Erasmus fue mi bicicleta. El otro fue mi caja de herramientas. Ninguna de esas dos cosas me las podía llevar a Tenerife. Estaba la ciencia, pero eso no me preocupaba tanto. También había una relación, pero confiaba en que de alguna manera me las arreglaría. Sin embargo, la bici y mis herramientas eran irrenunciables, genuinamente asociadas a mi vida en Berlín. La bici me costó 20 euros en un mercadillo y la sigo teniendo en Jena (junto a otra que vino después). Las herramientas fueron un regalo del banco. No llevo la cuenta, pero creo que llevo unas diez casas (contando las de otras personas) montadas con ellas, incluida la de Jena.

Nada se puede igualar a un par horas libres, una ciudad llana y una bicileta. El sábado estuve en Copenhague. El equipaje en una consigna, las manos en los bolsillos y una bici alquilada. La ciudad vacía, la mañana espléndida y muchas horas por delante para hacer cualquier cosa. Cualquier cosa que se vea así valdrá la pena.


Un tipo subido a un caballo impresiona, tansmite mucha autoridad al peatón. Lo sabían los romanos, lo sabían los indios en américa, lo saben las policías montadas actuales, lo saben hasta Les Luthiers. El alemán tiene una palabra de caballos para las niñas cursis, Pferdemädchen: niñita a la que le gustan los caballos y/o ponis. A mí nunca me interesaron los caballos -nunca he cabalgado-, pero el cariño y la confianza entre un jinete y su montura no se me escapan. Aquí estamos, de paseo por Berlín, mi caballo y yo:


martes, 15 de abril de 2008

Fiesta.

Of all the gin joints in all the towns in all the world, she walks into mine. (*)

¿Otro gintonic?
El camarero se va y yo me pregunto qué es lo que me molesta más: lo de "otro" -¿es que está llevando la cuenta?- o lo de "gintonic" -lo que me sirven por tres euros y medio tiene el tamaño de una bebida de avión y sabe a colonia. Ya en la pista, unos bailes y algunas bromas. Alguien me dice Vengo de Inglaterra, mi familia es originaria de Cachemira. Decido que es el momento de irme, mañana hay que coger un tren, pasado un avión.

Por la mañana, de camino a la estación, el taca-taca de mi maleta en los adoquines nos va despertando a mí y a los vecinos. Me recuerda que, aún yéndome anoche de los primeros, no llegué pronto a casa. Como siempre que voy de mañana a la estación, pienso que Jena no es tan pequeña como me lo pareció cuando llegué.

Llego a Berlín y compruebo que cada vez se parece más a cómo la recuerdo desde Jena: sucia y desarreglada. Comprendo que Berlín ya no se alegre de verme, tampoco a mí me entusiasman ya éstos tránsitos. Hay un rencor mutuo. Supongo que ella no me perdona que me haya ido, yo tampoco llevo demasiado bien verla sin vivir aquí. Mi familia es de Tenerife, yo vine aquí de Berlín.

(*) H. Bogart como Richard "Rick" Blain en Casablanca.

jueves, 10 de abril de 2008

La torre.

Se debería tener más cuidado con lo que se dice. Dije que algún día un arquitecto me explicaría qué pinta esa torre en medio de Jena. Hoy he conocido a un arquitecto que me lo ha explicado. Sorprendentemente, el arquitecto me ha contado cosas sobre Jena y Weimar que yo no conocía. ¡Y yo que creía saberlo todo! El problema de conversar con otra gente es que pueden cambiar lo que uno piensa, incluso -quién sabe- pueden llegar a converlo de que no tiene razón. Maldita sea, los prejuicios ya no son lo que eran. If people are going to talk, conversation will be impossible (*).

Cuando uno no se toma en serio a sí mismo, corre el riesgo de que los demás sí lo hagan. El sentido de la complicidad, del entendimiento, tiende a confundirse con las ganas de pasárselo bien, o con las cervezas de más. Es una manera larga de decir que soy un bocazas.

El fútbol entra en el blog igual que el gol del Barça de hoy: en el último minuto y de carambola. No voy a negar que el Barça sea mejor que el Schalke, pero qué le voy a hacer, tiendo a estar con el que mejor juega, y ha sido el Schalke claramente. Un sabio definió la humildad como la capacidad de una persona de reconocer delante de otras que su equipo ha ganado injustamente. ¿Voluntarios?

(*) Sacado de un output (archivo con resultados) de un programa de cálculos cuánticos.

domingo, 6 de abril de 2008

In the middle of the night.

El tercer -y escuálido- gintonic no me ayuda en absoluto a encotrar interesantes los grititos de la acompañante del DJ. Mucho rasta, mucho tío descalzo, mucho jipi flipando delante de un tío que cada tres minutos y medio cambia la base y pone un fondo distinto. Vaya fiestón. Cuatro jipis plantan cara tocando las congas a dos metros del DJ. Un amigo se arranca. Toco un poquito. Foto. Flash con sonrisa y nos vamos, no vayan a pensar que todo esto nos gusta.

Caminamos por las calles más inevitables de Jena. Adoquín, lluvia y estrechez que desemboca en una torre inexplicable. Algún arquitecto me explicará un día qué pinta exactamente este cilindro de cristal en el casco antiguo de Jena. Bajamos igual que el agua, acabamos en el lugar al que menos cuesta llegar. Un café con nombre jipi y música predecible.

Poca gente bailando, poca gente bebiendo. Poca gente. El futbolín acude en nuestra ayuda. Problema? Nos ganan, y por goleada. Las chicas que nos ganas aparentan cinco años menos que nosotros. Vaya paliza. Tararean todas las canciones mientras alegremente nos dan un baño. Alguien intenta ligar. Sonrisas, humo y bailes frustrados. Billy Joel ayuda a despedirse. La vuelta casa igual que la salida: lluvia, adoquín y calle estrecha. Alma jeanensis.

miércoles, 19 de marzo de 2008

Jena - Berlin - Madrid - Tenerife

El viaje a Berlín (desde Jena) lo hice de en Mitfahrzentrale, con otros tres alemanotes(*). El chófer bastante locker, detrás de él, a mi izquierda un erstsemestler y delante de mí un tío con pinta de estudiar BWL (empresariales) que estudiaba BWL. Los 3 pasajeros nos dimos cuenta de que el chófer iba bastante rápido, todos debimos pensar "se conocerá el camino". Cuando íbamos a 100 km/h por una carretera de 70 km/h, el BWLer le preguntó "Haces este camino muy a menudo, no?". El chófer, apartando la vista de la carretera: "Mi primera vez, tío!". Cuando salimos a la autopista y nos pilló la tormenta de nieve, juraría que el otro pasajero se puso a rezar. Creo que se le pasó por la cabeza darme la mano. Y yo pensando "¿Y si me muero y no me entero de que pasa con el Chiki-Chiki?".

Berlín me recibió con una viejita sacando botellines de las papeleras en la parada del metro. Tenía una trayecto largo hasta casa, así que aproveché para comprar la BZ del sábado. No todo van a ser citas de Kafka y cuadros de Friedrich. Hablando de su ventana, y de mis olvidos: se me quedó el póster en el coche, e iba a ser el regalo para el día del padre. Ahora sólo estoy a unos 3.600 kms de él (del póster). Por cierto, al acabar el trayecto de metro, se le da el billete al punki/jipi/raro de guardia, para que lo revenda.

Desde que vivo en Alemania, aprovecho las vueltas a casa, si paso por Madrid, para visitar a algún amigo, o hacer que me visite en Madrid Barajas. Anoche empecé a hacer lo mismo en Berlín. Hace unas horas, en Madrid. Ahora, por fin en casa. Qué suerte vivir aquí.

(*) Un alemanote es un alemán grandote. Como el españolito, pero al revés (¿?)

lunes, 10 de marzo de 2008

Domingos

Lo malo de Jena es que muchas de las cosas que se dicen de ella no son exageraciones. Cuando hace varios meses me dijeron que los domingos sólo abría la gasolinera, pensé que era una manera de decir: "Esto los domingos es un muerto". No. Me estaban diciendo que los domingos sólo abre la gasolinera. Los 2 videoclubs de Jena también cierran, con lo que juntarse con los amigos a ver un DVD con refrescos y algo para comer se convierte en todo un reto logístico. Ojalá me equivoque y alguien comente "Guille, los domingos abre tal y cual tienda". Los domingos lo tengo crudo para comprar periódicos. Y los ninios, dónde compran golosinas los domingos? No hay estancos! Más limbo.

El sábado tuve un reencuentro con un personaje perdido: el DJ pasota. Hacía tiempo que no me encontraba con un DJ así. La gente de la pista no se mueve, él lo ve y lo disfruta. Fumando, mira de vez en cuando de reojo. Le aburrimos. Él nos aburre. Nadie me entiende, debe de estar pensando mientras pone, con cara de desprecio (pensando y ahora os j*deis) las canciones. Juraría que lo vi bostezar. Me gustaría saber qué pensó cuando leyó en su lista de peticiones el chiqui-chiqui.

Voy por la tercera llamada a un centro de atención al cliente de billetes de avión. La respuesta que me dieron ayer me dejó de piedra, cuando no me llegaba mi correo de confirmación. No es usted la única persona en internet, sabe? Ah, menos mal. No se me ocurrió nada que responderle. Mi destino y mis más de 200 euros están en manos de una gente que responde así al teléfono. Hay réplica posible? Qué se responde para no entretenerse y que te confirmen la reserva? Espere, que seguro que un par de horas llega. Ah, menos mal, un par de horas!



lunes, 3 de marzo de 2008

IKEA state of mind

Hace tiempo me di cuenta de por qué me gusta montar muebles de Ikea. Son el problema perfecto. Un puzzle en 3D que se hace con herramientas. No son muy difíciles de montar, pero tienen la dificultad suficiente como para que, al terminar, se pueda disfrutar un poco de esa sensación que se tiene cuando se resuelve un problema. Lo que nunca pensé es que también el somier hubiera que montarlo tabla a tabla!

Mi cama debe ser de las pocas cosas de mi casa que no son de Ikea. Cuando hice mi primera mudanza en Berlín, saliendo de la residencia en Schlachtensee con otros 3 erasmus a un piso en Prenzlauer Berg, casi nadie compró muebles Ikea (esos vinieron con la primera beca de verdad). Alquilamos una furgoneta inmensa y fuimos siguiendo anuncios de gente que se quería deshacer de muebles grandes y los regalaba. La cama fue uno de ellos. Así fue como mi Mitbewohner, un companiero gaditano que algún día dejará un comentario, durmió sus últimos seis meses en Berlín en una cama que alguien quiso regalar. Después hubo que llevarla a casa de una amiga para guardarla 6 meses (en Schöneberg), en los que yo regresé a la residencia. Cuando volví al centro, a un piso, de nuevo a sacarla y subirla, esta vez a Berlin Mitte. Su último destino ha sido Jena. Nunca un regalo dió tanto de si. Lo curioso de todo es que ninguno de los transportes fue con la misma gente. En las tres mudanzas he tenido ayuda siempre de gente distinta. Primero los erasmus 04/05 (se fueron), luego los erasmus 05/06 (se fueron también) y por último unos companieros del trabajo (se vinieron a Jena también).

Y como hablo del piso de Berlín Prenzlauer Berg y el otro día de ventanas, ahí va la foto. Es desde balcón, a la esquina Danziger Str. / Greifswalder Str. La esquina del fondo es Danziger / Prenzlauer Allee, y un la siguiente sería ya U Eberswalder Str. Mi ventana daba al balcón, orientado al sur, y la casa era un piso 3°, con lo que en verano los atardeceres eran así. Algún día diré algo sobre El cielo sobre Berlín:


jueves, 28 de febrero de 2008

Limbo

El Papa Benedicto XVI dijo hace poco que El Infierno era un lugar físico. Ahora mismo no sé qué opina del Limbo, pero si existe, seguro que se parece a Jena. El tiempo (atmosférico) hace que parezca que aquí no pasa nada. En el invierno, ni frío, ni nieve, ni nada. Y cuando llueve, tampoco llueve de verdad. Unas gotitas, nada más. Todos los días desde Noviembre hasta ahora han sido iguales, más o menos. Aparte de que la ropa de la gente es bastante uniforme, además es constante en el tiempo! En la radio las canciones se repiten mucho. En Antenne Thüringen, de ocho a nueve, todos los días lo mismo. Y si pones la MTV (Kickstart, uno de los únicos espacios de MTV donde todavía ponen sólo videos), la cosa es igual. Llevo oyendo a Amy Winehouse, Fettes Brot, One Republic ft. Timbaland, Avril Lavigne y muchos más desde que llegué. La estación de trenes se llamará Paradies, pero Jena es el Limbo.

Un amigo le dijo a mi padre una vez que lo más parecido al Limbo es el espacio en el que está el dinero cuando sale de una cuenta bancaria y aún no ha llegado a otra (las transferencias nunca son instantáneas). Exacto. También valen los sms que nunca llegan (y los blogs que nadie lee, quizás?). El otro día intenté localizar al administrador de mi grupo. No lo conseguía, así que le mandé un mail a mi jefa (que por casualidad estaba online, desde Jerusalem), a ver si ella sabía a algo. Su respuesta (citada):
I am on leave until 03.March.
Your messages will be stored until I return. For urgent matters, please contact my
system administrator. Thank you very much.
Más Limbo!

martes, 12 de febrero de 2008

I hate that girl

Es una chica que sale en un anuncio de chocolate, delgadísima y con un polo azul claro. Después de unos segundos viendo el ESTUPENDO chocolate, con alemendras, avellanas, más cacao, menos cacao ..., el anuncio acaba con la chica, callada, mirándote con cara de..."Qué bueno está este chocolate." No dice nada. Ni siquiera repiten el nombre de la marca, ni se ve a la chica COMIENDO el chocolate. No. La chica callada, con la boca cerrada, que sonríe y tú piensas...I hate that girl.

Mi pesa (báscula, para algunos) y yo nos llevamos de puta madre. Cada uno con su espacio. Yo no me meto en sus rollos, ni ella en los míos. De vez en cuando la miro y veo si está bien calibrado el cero, pero de lejos. Algún día me volveré a subir, cuando volvamos a tener confianza. Quitar todas las golosinas de mi despensa ya fue un primer paso. De momento, mi pesa me mira de vez en cuando, como la chica del chocolate, con cara de..."Lo sé, sé que está bueno, pero tenemos que resitir. Hazlo por mí."

Vengo de cuidar mi primer examen en Jena. Estupenda la perspectiva de corregir 44 exámenes. Los doctorandos no corregían tanto en España, verdad? Creo que todos mis exámenes me los corrigió el profesor/a que me los ponía. Es curioso como existe una especie de lenguaje corporal "colectivo". Mirando desde la pizarra, se nota el cambio durante el examen: 44 tíos que acaban de empezar escribir pasan a ser 44 tíos que no paran de mirar el reloj, hojear sus exámes, ojear en todas las direcciones, susurrarse, morderse uñas, ponerse el pelo detras de la oreja, borrar, tirar el lápiz sobre la mesa, apoyar la cabeza de mil maneras en las manos...y todo a la vez! Cuando ves sólo a una persona, ves los gestos secuencialmente. Pero si miras a toda la clase y desenfocas un poco la vista....lenguaje corporal colectivo!