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viernes, 5 de septiembre de 2008

El tiempo mejora.

La nueva "utilidad social" Facebook permite a todo el mundo estar hiperconectado con todo el mundo a todas horas. Se suben fotos, perfiles, estados civiles, anímicos, físicos, educacionales y todo lo que el exhibicionista online en cuestión quiera hacer ver. Un fenómeno más de la generation ME(*). Existían páginas parecidas desde hace mucho, pero Facebook arrasa por la facilidad con la que automáticamente propone posibles conocidos al usuario. A medida que aumenta la lista de "amigos" más información tiene el software para cruzar datos y proponer, a su vez, nuevos contactos. A su vez, éstos retroalimentan la información para la siguiente búsqueda y así cada vez más rápido.

El tiempo mejora -o parece hacerlo al menos- en Facebook. ¿Dónde están los tipos con granos, las chicas sobredimensionadas, los barbilampiños, las ortodoncias, las gafudas, los malos en deporte que éramos todos? Pasan ocho (!) años y sólo encuentro a guapetones radiantes haciendo surf en las Maldivas, chicas monísimas haciendo másters de algo (de algo de mandar, intuyo) en Nueva Yor y gente de copas (¿todo el mundo está de copas todo el rato en Facebook?) en Ibiza. Facebook no deja ni el consuelo de descubrir feas a las chicas que nos gustaron pero pasaron olímpicamente de nosotros. NO. Siguen guapísimas, igual que aquel día cuando casi justo por un momento nada más estuvimos a punto de decir algo pero luego ya nada. Ocho años, madre mía.

El tiempo mejora -o parece hacerlo al menos- en Jena. Esperemos. Hasta luego.

(*) ¿Cómo este blog?

martes, 18 de marzo de 2008

Imagínenseme

La canción se llama "New Soul", y es la que se escucha de fondo en el buenísimo anuncio del Mac-Air, de Apple. Es exactamente la canción que suena en mi cabeza mientras me levanto y saboreo la primera mañana de ¡internet en casa! El viernes estuvimos dos horas intentanto llevar, con un repetidor-antena, la única red WLAN de DSL de un vecino hasta mi casa. Imposible. Ni J., que vino para ayudarme y se entendió en inglés con mi vecino, pudo remediarlo. Después vino la fiesta y la visita al despacho a las dos de la mañana (que no moló). Lo que hice por la mañana del sábado fue acercarme hasta la puerta del vecino, portátil en mano, descargarme el borrador de artículo que mi jefe quería para el lunes y salir para la estación. Así que anoche, a la vuelta del trabajo, cansado de mendigar internet, le pedí a otra vecina que me diera su clave de red para, aunque sea lento, tener "una poquita de intelné" en casa. El café sabe mejor cuando escribo el blog desde casa.

Hace tiempo que hablé de ventanas, de ventanas y cuadros, y de un cuadro de C.D. Friedrich. Este fin de semana me he encontrado con que yo mismo compré un póster de ese cuadro hace más un año en una exposición en Berlín y me había olvidado. Lo bueno de ser olvidadizo es que te llevas estas sorpresas de vez en cuando. Una vez fui a clase un día de fiesta. Cuando llegué al colegio éramos yo y otro pobre desgraciado mirándonos extrañados. Ese pobre desgraciado se convirtió en mi mejor amigo, y hasta hoy. Hasta ayer, que hablamos por messenger y me dijo que le gustaba el blog. El gimnasio le está afectando al cerebro. Mi hermana, harta de que me olvide de sus fechas de viajes y de que confunda su cumpleaños con el de mi madre, dirá que de olvidadizo nada, que lo que pasa es que no pongo atención. Lo malo de la familia y de los amigos es que te conocen demasiado.

Me paso la vida perdiendo cosas, pero, a veces, tiene su punto, como cuando encuentro un billete de 5 euros arrugado en un bolsillo de un pantalón que no me pongo desde hace una semana. Una vez conocí a un montón de economistas, y uno con cinco con copas de más me explicó que se puede demostrar que mucha gente a veces elige lo anti-económico (menos dinero como resultado de una decisión, supongo). Que la gente prefiere encontarse 5 euros en su pantalón a encontrarse 12 euros por la calle y dividirlo con el amigo que te acompaña en 6 y 6. Economistas: si lo que acabo de decir es un disparate, serán las copas de más de aquel tipo. Imaginen el infumable (en realidad unsmokable, porque fue en inglés) rollo que le respondí sobre la química teórica y los retos de la ciencia para el próximo siglo. Espero que la embriaguez le ayudara a digerirlo, pobre hombre.


Actualización inevitable: Nieva como nunca vi nevar en Jena. Stupendo, que diría Forges. Y yo me voy. Anoche me dijeron: pásatelo bien en el sol, nosotros nos quedamos con la nieve en Jena.

lunes, 25 de febrero de 2008

Vuelta a Jena

Después de un fin de semana en Madrid, vuelvo a Jena. Siempre que vuelvo tengo la misma sensación de los primeros días. Voy pensando, mientras bajo las escaleras de la estación (que se llama Paradies), "Mmh...así que aquí es donde vivo yo". Miro un poco sorprendido a las cosas que ya deberían haberme dejado de sorprender. En el trayecto a casa, los adoquines se encargan de recordarle a mi maleta, a mí, y a cualquiera que esté a menos de 50m que hemos vuelto a Jena. Al pasar por el único sitio donde sé que lo tienen, compro EL PAIS del día anterior (no lo pude comprar en Madrid).

La sensación de llegar a casa sólo la tengo cuando de verdad llego a mi piso. Mi buzón rebosante de publicidad me saluda. Abro la puerta y compruebo que mis dos higrómetros siguen sin hablarse (55% digital vs. 81% analógico). Preparo la cafetera y le dedico un tiempo a separar las toneladas de papel impreso que los publicistas alemanes han preparado para mí, y descubro que no sólo ellos, sino también los de la tarjeta de crédito y los de la revista Focus se acuerdan de mí. Deben de ser los mismos, porque la suscripción a lo uno me vino con petición de lo otro. Sobrevuelo el Focus mientras acabo el café recién hecho (el tren me adormila un poco, siempre) y leo en el teletexto (sí, no tengo internet en casa) que le han dado el Oscar a Javier Bardem. Ducha y al trabajo.

Y, sí, después de escribir un mail algo cabreado para un tío algo desagradable, entro en mi pobre blog, que lo tengo abandonado y hasta mal diseñado (según me cuentan). Y todo el monólogo interior que llevo preparando para poner aquí se me queda en nada y me parece poco interesante, así que escribo este pequeño diario y basta, que no se puede ser gracioso y/o entretenido siempre, no?