martes, 22 de abril de 2008

El país perdido de las bicicletas.*

ste es el mapa que señala el país perdido de las bicicletas. Altraste

Uno de los motivos por los que me quedé en Berlín -aparte de la propia ciudad- al acabar mi año Erasmus fue mi bicicleta. El otro fue mi caja de herramientas. Ninguna de esas dos cosas me las podía llevar a Tenerife. Estaba la ciencia, pero eso no me preocupaba tanto. También había una relación, pero confiaba en que de alguna manera me las arreglaría. Sin embargo, la bici y mis herramientas eran irrenunciables, genuinamente asociadas a mi vida en Berlín. La bici me costó 20 euros en un mercadillo y la sigo teniendo en Jena (junto a otra que vino después). Las herramientas fueron un regalo del banco. No llevo la cuenta, pero creo que llevo unas diez casas (contando las de otras personas) montadas con ellas, incluida la de Jena.

Nada se puede igualar a un par horas libres, una ciudad llana y una bicileta. El sábado estuve en Copenhague. El equipaje en una consigna, las manos en los bolsillos y una bici alquilada. La ciudad vacía, la mañana espléndida y muchas horas por delante para hacer cualquier cosa. Cualquier cosa que se vea así valdrá la pena.


Un tipo subido a un caballo impresiona, tansmite mucha autoridad al peatón. Lo sabían los romanos, lo sabían los indios en américa, lo saben las policías montadas actuales, lo saben hasta Les Luthiers. El alemán tiene una palabra de caballos para las niñas cursis, Pferdemädchen: niñita a la que le gustan los caballos y/o ponis. A mí nunca me interesaron los caballos -nunca he cabalgado-, pero el cariño y la confianza entre un jinete y su montura no se me escapan. Aquí estamos, de paseo por Berlín, mi caballo y yo:


4 comentarios:

Anónimo dijo...

En los 80 a las niñitas que les gustaba el caballo acabaron muy mal...

Silvia Useros dijo...

k envidia!!!yo también quiero una bici y estar en Berlin....bueno, ya me queda menos :)
Saludos y besiños , he descubierto tu blog hace poco.
Hedra

alberto senante dijo...

eres el mas funk.
veo que lo das todo como bloguer.
qué pena que los blogs no tengan manos para que las pudieras mover mientras nos cuentas todo esto.por cierto, qué decepción, yo pensaba que para explicar el barraquito tendrías que empezar por la conquista castellana, bueno no, los volvanes, oséa, pangea, bueno la galaxia, el átomo, no? el big ben...

abrazos pedaleantes,
sentante

Anónimo dijo...

Oye, sabes que no escribes mal?. Las pequeñas historias que en principio no debían interesar más que al protagonista (y como mucho a su novia)terminan "atrapando" (oh, my God!) al lector/a.