martes, 29 de julio de 2008

Desde Chicago a Jena.

Resonancias

Un sistema cuántico se considera resuelto cuando se conocen sus estados propios, sus eigenstates. Se los puede buscar directamente, resolviendo las ecuaciones que los tienen como solución. Otra manera -más o menos práctica según el caso- consiste en colocar al sistema fuera de su situación de equilibrio, dejar que evolucione en el tiempo y escuchar (*) como va resonando en sus estados propios. Quiere decir que bajo la dinámica del sistema hay en realidad un puñando de estados propios combinados de una determinada manera. Simplemente sacándolo de la posición de equilibrio y escuchando(**) dónde resuena, podemos detectar los estados propios que lo caracterizan.

Las resonancias ocurren cuando se está fuera del equilibrio. Puede pasar navegando en el lago Michigan -y que te veas a tu padre apuntándote al primer cursillo de vela. O delante de un cuadro en un museo de Boston y que veas al pasillo de la casa de tu abuela.

El verano llegó hace bastente y los campos (¡campos!) que atraviesa el tren están arados, secos, balas de heno por todas partes. Me bajo con cara de bobo -el jetlag no es excusa- al andén. Las maletas en los adoquines: taca-taca, torre inexplicable, y acento alemán campechano al que creía haberme acostumbrado. Jena state of mind.

(*) Si el sistema fuera una cuerda de guitarra, ésto equivale pulsar la cuerda(=sacarla de su posición de equilibrio) y dejarla que vibre.

(**) Aquí, escuchar significa hacer una transformada de Fourier, que transforma las oscilaciones en el tiempo en picos(=intensidades) en la frecuencia. El cerebro hace la transformada de Fourier automáticamente. Conviete distintas cuerdas vibrando al mismo tiempo en distintos picos para distintas frecuencias(=notas).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Dios mío, "cuántas/os" cosas ignoro! Aquí sólo "resuenan" las teclas del maldito ordenador. Bienvenido al mundo real.