domingo, 3 de agosto de 2008

Intermezzo.

Tussies(*), Turcos y Turistas. Olor a ciudad nada más salir del tren, a gente y más gente. Quincalla y libros viejos en cajas de fruta. El camarero deja de maltratar sus clientes por un momento y pide amablemente al músico ambulante que se vaya a otra parte a destrozar boleros con su acordeón. Berlín: cafés con tipos flacos de pelo sucio y gafas de pasta escribiendo en sus cuadernitos sobre gente que quizá ya no viva aquí.

El museo: su altar, su puerta con los leones. La cruzo, igual que hace nueve años como viajero de fin de curso atolondrado, después turista mochilero de verano, como recién llegado, vecino del barrio, viejo conocido y ahora como visitante de paso. Obras y más obras. La ciudad que va cerrando heridas y abriendo zanjas. Todo aquí se mueve o deja de hacerlo al compás de las Bauarbeiten.

Mi último barrio, sus anarco-lesbianas federadas y sus punkis que siguen en lucha:
Cruzando ese portón, en el Innenhof -bitte keine Photos, no tourists dicen los grafittis- aún hay dos bicis mías olvidadas, heredadas de generaciones de alumnos erasmus que llegaban y se iban. Tomamos la última copa en un bar en el que -explicablemente- hay una hamaca que estuvo en mi salón un año y medio. Nos despedimos, y la funeraria de enfrente nos recuerda que ni la muerte nos alejará del mal gusto -o de los buenos precios:


(*) Más links: uno y dos.

viernes, 1 de agosto de 2008

Aquí.

Alemania cuando pido un paquete el lunes y me llega el jueves. Alemania cuando vuelvo a separar la basura. Cuando mi vecino estudia algo como intercultural management. Alemania cuando la palabra Polsterluftbriefumschlag suena en la oficina. Alemania cuando la asesora fiscal se llama nada menos que Frau Geldhäuser. Alemania cuando escucho la palabra Steuerberatergebührenverordnung. Vuelvo a ser Sehr geehrter Herr P -wie Peter, E -wie Emil, R -wie Robert, E -wie Emil und Z -wie Zeppelin.

Jena: llego a la universidad antes de que acabe la primera canción del mp3. Jena cuando entro en la mensa temblando. Juraría que la camarera me desea Buena suerte en vez de Buen apetito al darme una montaña de papas y brócoli. Jena cuando salgo pronto de la universidad porque cierran las tiendas. Cuando hago lo que quería hacer en la mitad del tiempo. Del cuello de la cajera cuelga la forma de Turingia en oro. Jena, ciudad de la luz y de la escasa banda ancha.

Mi casa cuando veo los higrómetros. Cuando hasta la pesa parece marcar menos, será la crisis. Mi casa cuando veo el mapa de Berlín en la pared. Café, al fin café. Mi casa cuando me hago una ensalada. Mi casa cuando friego, cuando hago la lavadora. Mi casa cuando salgo y en cinco minutos estoy tomando una buena cerveza en buena compañía.