martes, 9 de diciembre de 2008

Volver.

Después de una larga afonía mental y todavía bajo un síndrome de abstinencia de chocolate, algunas visitas (como vistado y como visitante) me han entretenido como para no escribir. Es el momento de volver, con la frente más chica.

Flashback: En la buenísima Una historia del Bronx(*), Robert De Niro intenta que su hijo Calogero no se enamore del gángster local (Chaz Palminteri, que además firma la obra original y el guión adaptado*) y le acabe sustituyendo como figura paterna. En un momento memorable de película -anterior a la era pop de los mafiosos, véase Los Soprano, Una Terapia Peligrosa etc-, el adolescente escucha atento el consejo del gángster sobre cómo reconocer a la mujer de su vida: el test de la puerta del coche. Sin pedírselo, la chica abrirá desde dentro el seguro de la puerta del conductor después de haberse subido al coche.

Bien, nunca tuve un coche para llevar la prueba a cabo, pero algo parecido me ocurrió con un amigo. Hace unos quince años, me lo encontré en la puerta del colegio un día de fiesta. Éramos los únicos que no se acordaban que no había clase ese día. ¿Se imaginan? Otro tío allí, otro desgraciat compartiendo la miseria de haberse levantado y haber caminado hasta el colegio un día de fiesta. Allí mismo lo decidí: éste tío y yo vamos a ser buenos amigos. Quince años: ni nos regalamos en los cumpleaños ni me deja comentarios. Y otros quince que vengan.

(*) Tomado de www.imdb.com.

ps. Catorce días sin chocolate y subiendo. Sólo en cantidades homeopáticas el día de San Nicolás.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Con el cierre centralizado a tomar viento el test... Si no es fácil entender a las mujeres, las compañías de automóviles lo complican más...

Anónimo dijo...

Juro que no veo la relación entre el seguro de la puerta y encontrarse con un pringao despistado el día que es fiesta en TU colegio.Estos cambios de presión están haciendo estragos en mi celebro.