La canción se llama "New Soul", y es la que se escucha de fondo en el buenísimo anuncio del Mac-Air, de Apple. Es exactamente la canción que suena en mi cabeza mientras me levanto y saboreo la primera mañana de ¡internet en casa! El viernes estuvimos dos horas intentanto llevar, con un repetidor-antena, la única red WLAN de DSL de un vecino hasta mi casa. Imposible. Ni J., que vino para ayudarme y se entendió en inglés con mi vecino, pudo remediarlo. Después vino la fiesta y la visita al despacho a las dos de la mañana (que no moló). Lo que hice por la mañana del sábado fue acercarme hasta la puerta del vecino, portátil en mano, descargarme el borrador de artículo que mi jefe quería para el lunes y salir para la estación. Así que anoche, a la vuelta del trabajo, cansado de mendigar internet, le pedí a otra vecina que me diera su clave de red para, aunque sea lento, tener "una poquita de intelné" en casa. El café sabe mejor cuando escribo el blog desde casa.
Hace tiempo que hablé de ventanas, de ventanas y cuadros, y de un cuadro de C.D. Friedrich. Este fin de semana me he encontrado con que yo mismo compré un póster de ese cuadro hace más un año en una exposición en Berlín y me había olvidado. Lo bueno de ser olvidadizo es que te llevas estas sorpresas de vez en cuando. Una vez fui a clase un día de fiesta. Cuando llegué al colegio éramos yo y otro pobre desgraciado mirándonos extrañados. Ese pobre desgraciado se convirtió en mi mejor amigo, y hasta hoy. Hasta ayer, que hablamos por messenger y me dijo que le gustaba el blog. El gimnasio le está afectando al cerebro. Mi hermana, harta de que me olvide de sus fechas de viajes y de que confunda su cumpleaños con el de mi madre, dirá que de olvidadizo nada, que lo que pasa es que no pongo atención. Lo malo de la familia y de los amigos es que te conocen demasiado.
Me paso la vida perdiendo cosas, pero, a veces, tiene su punto, como cuando encuentro un billete de 5 euros arrugado en un bolsillo de un pantalón que no me pongo desde hace una semana. Una vez conocí a un montón de economistas, y uno con cinco con copas de más me explicó que se puede demostrar que mucha gente a veces elige lo anti-económico (menos dinero como resultado de una decisión, supongo). Que la gente prefiere encontarse 5 euros en su pantalón a encontrarse 12 euros por la calle y dividirlo con el amigo que te acompaña en 6 y 6. Economistas: si lo que acabo de decir es un disparate, serán las copas de más de aquel tipo. Imaginen el infumable (en realidad unsmokable, porque fue en inglés) rollo que le respondí sobre la química teórica y los retos de la ciencia para el próximo siglo. Espero que la embriaguez le ayudara a digerirlo, pobre hombre.
Actualización inevitable: Nieva como nunca vi nevar en Jena. Stupendo, que diría Forges. Y yo me voy. Anoche me dijeron: pásatelo bien en el sol, nosotros nos quedamos con la nieve en Jena.
Hace tiempo que hablé de ventanas, de ventanas y cuadros, y de un cuadro de C.D. Friedrich. Este fin de semana me he encontrado con que yo mismo compré un póster de ese cuadro hace más un año en una exposición en Berlín y me había olvidado. Lo bueno de ser olvidadizo es que te llevas estas sorpresas de vez en cuando. Una vez fui a clase un día de fiesta. Cuando llegué al colegio éramos yo y otro pobre desgraciado mirándonos extrañados. Ese pobre desgraciado se convirtió en mi mejor amigo, y hasta hoy. Hasta ayer, que hablamos por messenger y me dijo que le gustaba el blog. El gimnasio le está afectando al cerebro. Mi hermana, harta de que me olvide de sus fechas de viajes y de que confunda su cumpleaños con el de mi madre, dirá que de olvidadizo nada, que lo que pasa es que no pongo atención. Lo malo de la familia y de los amigos es que te conocen demasiado.
Me paso la vida perdiendo cosas, pero, a veces, tiene su punto, como cuando encuentro un billete de 5 euros arrugado en un bolsillo de un pantalón que no me pongo desde hace una semana. Una vez conocí a un montón de economistas, y uno con cinco con copas de más me explicó que se puede demostrar que mucha gente a veces elige lo anti-económico (menos dinero como resultado de una decisión, supongo). Que la gente prefiere encontarse 5 euros en su pantalón a encontrarse 12 euros por la calle y dividirlo con el amigo que te acompaña en 6 y 6. Economistas: si lo que acabo de decir es un disparate, serán las copas de más de aquel tipo. Imaginen el infumable (en realidad unsmokable, porque fue en inglés) rollo que le respondí sobre la química teórica y los retos de la ciencia para el próximo siglo. Espero que la embriaguez le ayudara a digerirlo, pobre hombre.
Actualización inevitable: Nieva como nunca vi nevar en Jena. Stupendo, que diría Forges. Y yo me voy. Anoche me dijeron: pásatelo bien en el sol, nosotros nos quedamos con la nieve en Jena.
2 comentarios:
Ehrlich, wenn ich aus Teneriffa käme würde ich auch bestimmt nicht in Jena im Schnee bleiben. Das klingt so, als wäre es nicht sonnenklar, wer hier auf wen neidisch sein sollte. :) Gute Reise!
¡Don Guillermo! Cumplió usted con su amenaza y aquí está. Una grata noticia, de verdad. Me he leído su artículo de hoy como si fuera usted el que lo contara, con su voz, en una de las añoradas Stammtische de Jena. Nieva aquí también, como nunca había visto, y por lo que parece irá a más.
Mañana vuelo para Sevilla, pero esta vez lo haré solo. Y dese Munich.
Take care!
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