domingo, 28 de septiembre de 2008

Empieza el espectáculo.

Súbanse a un tren. Cojan la bici. Miren por la ventana: está llegando. Las hojas empiezan a rojear, el viento a soplar frío y los higrómetros...bueno, los higrómetros siguen marcando lo que les da la gana.

No supe muy bien lo que era el otoño hasta que llegué a Berlín, en donde -con mi legendaria habilidad para repetir las cosas- harté al personal con lo mucho que me impresionó mi primer otoño "de verdad".

Por eso siguen teniendo algo de principio. Es el momento. Pónganse el jersey, saquen la boina. Pasen y vean.

martes, 16 de septiembre de 2008

Jena la nuit.

Los jefes están en las antípodas. Literalmente: el desfase me hace trabajar hasta tarde para que ocho horas de adelanto -se deben de estar levantando- no supongan todo un día de retraso en el tráfico de emails. Por supuesto, hace falta para ayer. A medianoche empieza a costar trabajo encontrar el error en los resultados.

Un lunes (martes ya) a estas horas a Jena le falta todo. Han quitado las ventanas, los coches, la gente. Deben de haber desmontado hasta las colinas. Juraría que el semáforo ha sonreído al ver a un tipo que cruza rápidamente aunque no queda un solo coche en toda Turingia. Ya por la mañana, a Jena se la traga la niebla(*).

Las mañanas laguneras también tenían su niebla y su frío. La estudiante en prácticas también la recuerda La Laguna. En la pizzería en la que trabajó allí -probablemente atendiéndonos al mismo grupo de amigos varias veces- aprendió el español que ha utilizado para preguntarme por qué no cuadran sus cálculos cuánticos. Pienso en los míos no cuadrando la noche anterior por las tres últimas letras de un fichero y...

(*) Según acolostico es porque los del ayuntamiento no han pagado las facturas del paisaje.


jueves, 11 de septiembre de 2008

LHC

El Large Hadron Collider (LHC) acaba de ser puesto en funcionamiento. Si mañana viniera un extraterrestre y preguntara lo que es, la respuesta sería algo como: Es el aparato más grande que tenemos para acelerar las partículas más pequeñas que conocemos a las velocidades más altas posibles. ¿Para qué? Para ver qué pasa. El extraterrestre se encogería de hombros y seguiría escuchando música de su iPhone con pantalla telequinética.

De pequeño, yo también acelaraba cualquier cosa que pillaba -por la ventana- ver qué pasaba cuando colisionaba con el suelo: el método LHC. La gente está asustada, porque se pueden crear objetos similares a agujeros negros a escala microscópica. Qué gran conversación entre jefe y estudiante de doctorado:
- Je-jefe...que me he cargado medio pueblo. Están en algún universo paralelo. Y-yo...no sabía...lo siento.
-¿Otra vez, OTRA VEZ!?

Y la humanidad, sin ponerse de acuerdo en cómo se escribe la palabra reflanflinflar...

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Berlín en bici.

Lo primero que hizo mi primera bicicleta de Berlín fue romperse. Tampoco los 25 euros que le acabamos pagando a aquel tipo en el mercadillo daban para discutir. Pero, aquella bici, incluso rota, valía más. Al día siguiente recorrí media ciudad para poder arreglarla gastando lo menos posible. Más tarde supe que sería algo típico de erasmus: moverse quince kilómetros para ahorrar seis euros. Tuvo la delicadeza de romperse la última noche de fiesta con los compañeros del piso. Estuvo dos meses en el mismo sitio donde se rompió: una farola frente al Kaffee Burger.

Llevo tres años cargándola rota. Una época estuvo aparcada sin candado en mi residencia, con la esperanza de que alguien se diera cuenta de que -aunque rota- era una buena bici. Me fui por segunda vez de la residencia. Allí seguía meses más tarde, hasta que un día decidí que se había ganado a pulso el que me la llevara de nuevo conmigo. En Jena, por estar mi cuarto encima del garaje, hasta duermo encima de ella.


Aunque lleve ya casi tres años utilizando otra bicicleta, siempre lo hago pensando que es algo temporal hasta que arregle la de verdad. No hay nada más definitivo que lo que se llama temporal. Por suerte, no hay nada más temporal que las cosas que nos parecen definitivas. Menos mal.

viernes, 5 de septiembre de 2008

El tiempo mejora.

La nueva "utilidad social" Facebook permite a todo el mundo estar hiperconectado con todo el mundo a todas horas. Se suben fotos, perfiles, estados civiles, anímicos, físicos, educacionales y todo lo que el exhibicionista online en cuestión quiera hacer ver. Un fenómeno más de la generation ME(*). Existían páginas parecidas desde hace mucho, pero Facebook arrasa por la facilidad con la que automáticamente propone posibles conocidos al usuario. A medida que aumenta la lista de "amigos" más información tiene el software para cruzar datos y proponer, a su vez, nuevos contactos. A su vez, éstos retroalimentan la información para la siguiente búsqueda y así cada vez más rápido.

El tiempo mejora -o parece hacerlo al menos- en Facebook. ¿Dónde están los tipos con granos, las chicas sobredimensionadas, los barbilampiños, las ortodoncias, las gafudas, los malos en deporte que éramos todos? Pasan ocho (!) años y sólo encuentro a guapetones radiantes haciendo surf en las Maldivas, chicas monísimas haciendo másters de algo (de algo de mandar, intuyo) en Nueva Yor y gente de copas (¿todo el mundo está de copas todo el rato en Facebook?) en Ibiza. Facebook no deja ni el consuelo de descubrir feas a las chicas que nos gustaron pero pasaron olímpicamente de nosotros. NO. Siguen guapísimas, igual que aquel día cuando casi justo por un momento nada más estuvimos a punto de decir algo pero luego ya nada. Ocho años, madre mía.

El tiempo mejora -o parece hacerlo al menos- en Jena. Esperemos. Hasta luego.

(*) ¿Cómo este blog?

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Por algún sitio había que empezar.

Mientras afuera llueven perros y gatos, yo me imagino la cara de Noé oyendo el parte meteorológico ¡Nubes y claros...Nubes y claros! ¡Primero me mandas a construir una barco en medio del desierto y luego cielos parcialmente despejados! Me pongo la capucha y me imagino que que arrugando la cara y encogiendo los hombros, la lluvia moja menos.

Aunque la halles lluviosa, Jena no te ha engañado. La casa está más triste, han arrancado de cuajo un jardín que tenía justo debajo de la ventana, que era prácticamente mío. He contraatacado con pájaros de papel.

Empieza la segunda temporada. A ver. Buenas noches y buena suerte.