Súbanse a un tren. Cojan la bici. Miren por la ventana: está llegando. Las hojas empiezan a rojear, el viento a soplar frío y los higrómetros...bueno, los higrómetros siguen marcando lo que les da la gana.
No supe muy bien lo que era el otoño hasta que llegué a Berlín, en donde -con mi legendaria habilidad para repetir las cosas- harté al personal con lo mucho que me impresionó mi primer otoño "de verdad".
Por eso siguen teniendo algo de principio. Es el momento. Pónganse el jersey, saquen la boina. Pasen y vean.
No supe muy bien lo que era el otoño hasta que llegué a Berlín, en donde -con mi legendaria habilidad para repetir las cosas- harté al personal con lo mucho que me impresionó mi primer otoño "de verdad".
Por eso siguen teniendo algo de principio. Es el momento. Pónganse el jersey, saquen la boina. Pasen y vean.