viernes, 27 de marzo de 2009

Lo que entra en un blog.

¿Por qué estás leyendo estas líneas ahora? Probablemente nos conozcamos y hayamos hablado del blog, incluso es muy probable que vivamos en la misma ciudad, vayamos a los mismos bares y nos veamos al menos una vez a la semana. ¿Eres un familiar que me sigue la pista de lejos? ¿Algún amigo común blogger me ha puesto en sus links? ¿He comentado en algún otro blog usando el perfil berlinajena y has llegado rebotando, sin saber nada de Berlín, de Jena todavía menos? Una cosa es segura: cuando me pongo a escribir, no lo puedo saber.

El blog no sirve para nada. No es un blog de viajes (estuve aquí, recomiendo el coqueto restaurante de la ciudad vieja, tal pueblecito merece una visita), tampoco es un blog de cine (no se la pierdan, exagerado DeNiro), de libros (me gustó más su primera novela, lo leí de un tirón) o de fotos (estando flickr y picasa). Por supuesto que ocasionalmente hay alguna que otra opinión sobre algo de todo lo anterior, pero en internet ya hay suficientes todólogos. Y para exhibir intimidades, informar de mis últimos movimientos y hacer otro millón de tonterías más o menos entretenidas ya están twitter, facebook, myspace o tuenti.

¿Qué va, entonces, en un blog? No tengo ni idea, supongo que lo único que vale la pena escribir son cosas que a uno mismo le gustaría leer. Para que de vez en cuando alguien -muy próximo o completamente desconocido, que viva en Jena o en Buenos Aires- dedique un minuto y medio de su tiempo a distraerse. Y, con suerte, quizá le apetezca volver a pasarse por aquí.

miércoles, 18 de marzo de 2009

El principio...

...es la mitad de todo, me dijo mi padre aquella vez. Supongo que, una vez más, habrá que hacerle caso al viejo.

Mientras tanto, un librero de Mainz me hace este guiño con sus libros de viaje:
Todo lo demás bien, es que aparte del blog también escribo una tesis, a la que de vez en cuando dedico algo de tiempo. Feels good to be back.