Los otros.
Hay unos anuncios de una tienda alemana en los que un cómico intenta timar a un amigo, perseguir a una dependienta y engañar al vendedor. Supongo que el publicista quería jugar con el estereotipo de chulo y caradura. Le hacen hablar a gritos por el móvil, lleva bigote, gafas, pelo en el pecho y cadenas de oro. La idea queda bastante clara. El problema: se supone que es italiano. Los italianos han protestado. Una vez leí -en una revista española- que los alemanes miran a los italianos con cariño pero sin respeto, y viceversa: los italianos miran a los alemanes con respeto pero sin cariño. Yo noto con frecuencia en las noticias, revistas y programas alemanes en general una cierta tendencia a llevar las informaciones italianas al tópico. Mafia, ligones, buena comida, mujeres bonitas con fuerte acento. Por otra parte, explotan el filón italiano a la hora de vender, terminando en "-ini", "-etti", "-loni" y "-osi" casi todo lo que se quiere vender en el supermercado.Cuestión de respeto? Me habría importado que hicieran el anuncio con un español? Me pregunto, sin embargo, si el publicista en cuestión tendría los arrestos de caricaturizar a un muchacho turco, gritando, con la gorra, el móvil, los pantalones imposibles usw. para vender electrodomésticos.
Qué haría el italiano que hay en mí? El español que hay en mí me ha hecho vestirme un poco mejor de lo normal el primer día que voy a ver a la profesora de éste departamento. Habría hecho lo mismo un alemán? El alemán que hay en mí, por su parte, me ha hecho ser el único entre tanto yanki que se esperó a que el semáforo dijera WALK en vez de DON'T WALK en una calle desierta. El cubano que hay en mi primo (de pasaportes español y estadounidense) le hace decirme que bote las cosas donde pueda, y que agarre la bici para ir al campus si quiero. El yanki le hace no salir de casa sin su gorra. El policía que comprobó mi visa -en pasaporte español, pero concedida en Berlín- se llamaba Fuentes. El taxista Antonio Carro, que al oirme hablar español por teléfono me empezó a contar su vida, llevaba al ecuatoriano a flor de piel.
El Guillermo que hay en mí me ha hecho querer un DVD, pero el alemán me ha hecho pensar que sin Anmeldung no habría nada que hacer. I just have my passport, no other ID. La dependienta serbia me lo deja claro: Passport not important, we take VISA. Welcome to Chicago.
Hay unos anuncios de una tienda alemana en los que un cómico intenta timar a un amigo, perseguir a una dependienta y engañar al vendedor. Supongo que el publicista quería jugar con el estereotipo de chulo y caradura. Le hacen hablar a gritos por el móvil, lleva bigote, gafas, pelo en el pecho y cadenas de oro. La idea queda bastante clara. El problema: se supone que es italiano. Los italianos han protestado. Una vez leí -en una revista española- que los alemanes miran a los italianos con cariño pero sin respeto, y viceversa: los italianos miran a los alemanes con respeto pero sin cariño. Yo noto con frecuencia en las noticias, revistas y programas alemanes en general una cierta tendencia a llevar las informaciones italianas al tópico. Mafia, ligones, buena comida, mujeres bonitas con fuerte acento. Por otra parte, explotan el filón italiano a la hora de vender, terminando en "-ini", "-etti", "-loni" y "-osi" casi todo lo que se quiere vender en el supermercado.Cuestión de respeto? Me habría importado que hicieran el anuncio con un español? Me pregunto, sin embargo, si el publicista en cuestión tendría los arrestos de caricaturizar a un muchacho turco, gritando, con la gorra, el móvil, los pantalones imposibles usw. para vender electrodomésticos.
Qué haría el italiano que hay en mí? El español que hay en mí me ha hecho vestirme un poco mejor de lo normal el primer día que voy a ver a la profesora de éste departamento. Habría hecho lo mismo un alemán? El alemán que hay en mí, por su parte, me ha hecho ser el único entre tanto yanki que se esperó a que el semáforo dijera WALK en vez de DON'T WALK en una calle desierta. El cubano que hay en mi primo (de pasaportes español y estadounidense) le hace decirme que bote las cosas donde pueda, y que agarre la bici para ir al campus si quiero. El yanki le hace no salir de casa sin su gorra. El policía que comprobó mi visa -en pasaporte español, pero concedida en Berlín- se llamaba Fuentes. El taxista Antonio Carro, que al oirme hablar español por teléfono me empezó a contar su vida, llevaba al ecuatoriano a flor de piel.
El Guillermo que hay en mí me ha hecho querer un DVD, pero el alemán me ha hecho pensar que sin Anmeldung no habría nada que hacer. I just have my passport, no other ID. La dependienta serbia me lo deja claro: Passport not important, we take VISA. Welcome to Chicago.