Empiezan a ocurir cosas raras. No lo digo porque mi planta siga aún extrañamente viva, porque mi vecina no haya gritado por teléfono en la última semana o no me hayan perdido la maleta al pasar por Madrid Barajas. Incluso el lavar un número impar de calcetines todas las veces ya no me parecía extraño. Había estado a punto comprender lo de los rusos, los ucranianos y el gas. Pero no estaba preparado para ésto: estoy considerando pagar voluntariamente las tasas de la televisión pública alemana.
Aquí podría insertar un párrafo-tipo sobre la televisón española y bla bla bla. Vale, aceptamos barco. Incluso podría acordarme de la cantidad de programas absurdos de la tele alemana. Ok. Aún así, me quito el sombrero. En una hora y media de ruido de fondo mientras cocino, limpio y escribo el blog me explican todo, sin interrupción. Por enésima vez lo de los bancos y el crédito. Antes, la mísimisma Angela Merkel entrevistada por dos peridistas que no le dan cuartel. Durante un informativo en directo, el ministro de hacienda se conecta y responde las preguntas incómodas la periodista ¡de la cadena oficial, tipo No llega ésto muy tarde? No nos endeudamos mucho? Seguro que saldrá bien? Todo ello sin contar los ocho millones de documentales de la segunda guerra mundial, el nacionalsocialismo, el Holocausto, casi siempre de producción propia y bastante sólida. O los mil programas de ciencia, o por lo menos, de tecnología cotidiana, del tipo Cómo funciona...?
Por supuesto, no me he vuelto del todo loco. Creo que seguiré pagando sólo las de la radio que, por otra parte, es muy, muy mala.
Aquí podría insertar un párrafo-tipo sobre la televisón española y bla bla bla. Vale, aceptamos barco. Incluso podría acordarme de la cantidad de programas absurdos de la tele alemana. Ok. Aún así, me quito el sombrero. En una hora y media de ruido de fondo mientras cocino, limpio y escribo el blog me explican todo, sin interrupción. Por enésima vez lo de los bancos y el crédito. Antes, la mísimisma Angela Merkel entrevistada por dos peridistas que no le dan cuartel. Durante un informativo en directo, el ministro de hacienda se conecta y responde las preguntas incómodas la periodista ¡de la cadena oficial, tipo No llega ésto muy tarde? No nos endeudamos mucho? Seguro que saldrá bien? Todo ello sin contar los ocho millones de documentales de la segunda guerra mundial, el nacionalsocialismo, el Holocausto, casi siempre de producción propia y bastante sólida. O los mil programas de ciencia, o por lo menos, de tecnología cotidiana, del tipo Cómo funciona...?
Por supuesto, no me he vuelto del todo loco. Creo que seguiré pagando sólo las de la radio que, por otra parte, es muy, muy mala.
4 comentarios:
Pero hay que pagar?
inteneeeeeee....
Pues hoy a la presidenta la han entrevistado antes del telediario en la ZDF y después también en la 1. Ración total...
Acolostisch, el internés en teoría tb hay que pagarlo...
LG-
Lo más inexplicable es siempre lavar un número impar de calcetines, porque si cada vez perdieras UNO, la mitad de las veces tendrías que lavar un número par de calcetines aunque esos calcetines no formaran "pares de calcetines". Quién paga ese desaguisado? Cuánto te gastas al año en calcetines?, seguramente el doble que en TV y te entretiene menos.
Vamos a ver, el calcetín no se pierde. Se lo he dado al banco, que lo ha invertido en un "Calcetin's Advanced Prosopopeian Hedge Fund", empaquetado con los calcetines de otras personas. Luego lo saca a bolsa y resulta que lo compra Botín...:)
G.
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