miércoles, 7 de julio de 2010

Despedida.

El día y la noche de mi 18 cumpleaños los pasé navegando entre las islas de Tenerife y La Palma en la Regata Lustral de aquel año. Hoy, 10 años más tarde, me acuerdo muy bien de aquella travesía, y de todo lo que hicimos la tripulación (junto con las otras tripulaciones, con los amigos) al llegar a la isla.

Aquél verano de los 18 años y de las mil decisiones empezó otro viaje que hoy me tiene en una pequeña ciudad del centro de Alemania de la que nunca había oído hablar hasta hace 3 años. Aquél verano de escoger la carrera: Química. Aquél verano en que hasta el último momento no decidí si quedarme en España o irme a Alemania, como casi todos mis compañeros del colegio. Llegué a estar aceptado en Friburgo y Heidelberg. Llegué a pedir una beca a una fundación alemana, que no me concedieron. Largos paseos en la playa de El Médano, vueltas y vueltas mareando a mis pobres padres y hermana que, afortunadamente para mí, 10 años después siguen teniendo la misma paciencia.

Abro el anuario de mi clase, ABI 2000, que a duras penas conseguimos publicar una compañera mía y yo. Leo en mi cuestionario Tú dentro de 10 años:
Investigando, lo que sea: detrás de un telescopio, de un microscopio o con unas gafas de bucear, pero investigando. O a lo mejor, casado, con hijos y ganando mucho dinerito.
La mezcla de ingenuidad y lucidez de cualquier persona que no sabe muy bien lo que dice. Primero, ahora que sé lo que realmente es investigar, me dan ganas de sentar a ese pibe delante de mí y preguntarle: ¿Pero seguro que tú quieres investigar? ¿Sabes realmente lo que significa? No será, que lo que quieres es aprender, que es bastante distinto, aunque de lejos parece lo mismo? Segundo, ¿por qué estás tan seguro de que investigar y casado-hijos-dinerito son cosas excluyentes? Sigo con el anuario y me encuentro con un artículo del profesor de química, en el que bromea sobre cómo mis intentos de ganar el Nobel amenizan sus clases. Sigo hojeando, y veo al profesor de matemáticas, que una vez, al acabar de hacer yo alguna gracia, le dijo a toda la clase que de vez en cuando me necesitaba. Y ahí, en su artículo me encuentro con que Guillermo hat eine tolle Idee, aber immer noch keine Lösung.

10 años más tarde, algunas buenas ideas más tarde, y algunas soluciones -espero- más tarde, aquí estoy, estoy punto de cerrar una etapa de ese viaje que empezó a bordo del Silvia V. La pregunta ahora es: Dónde te ves dentro de 10 años?

Nota: Con este post me despido y cierro el blog, un experimento que disfruté durante estos años pero que últimamente me ha sido imposible mantener. A todos los que alguna vez lo leyeron, muchas gracias. A los que en algún momento pensaron que lo que aquí se decía no era del todo aburrido, muchas gracias. A los que me lo dijeron en persona, sigan con la medicación. Espero que me perdonen este último post más personal que de costumbre, hablando de mí. Gracias por estar ahí. Guille